El crecimiento desmesurado de la ciudad y la explosión del parque vehicular obligan a nuevas propuestas sobre la distribución del espacio y la solución a la congestión vehicular en el primer cuadro. Se ha creado un problema ineludible de salud pública, por la que hay que tomar decisiones sobre el uso del suelo para comercio, tránsito y recolección de basura. El primer cuadro se ha convertido en un enorme estacionamiento y los parquímetros han creado nuevos trabucos que no contribuyen en nada a la regulación del tráfico y es un negocio que no ha ofrecido expectativas de mejor vida a la capital de Tamaulipas. Los parquímetros han propiciado la defensa a veces contra la ley, de entradas a cocheras, espacios para negocios y tal vez, no tarda, la venta de espacios para estacionamientos por personas ajenas al propio espacio.
Las calles convertidas en sitios de lavado de autos, la apropiación de los cajones por vendedores ambulantes y desprecio a las zonas de discapacitados, ascenso y descenso. Como también el abuso por parte de particulares al colocar señalamientos mentirosos para presuntos discapacitados. Esto también urge regularlo, constatando su derecho.
La regulación del tráfico vehicular en el Centro es una clara necesidad de salud pública. El smog se distribuye, eso sí, democráticamente y dramáticamente, porque todos sin excepción sufrimos daños a nuestra salud. El aire en el Centro está viciado, y los automóviles, decenas, ocupan el espacio de respiración a los seres humanos. Respiran los autos muerte y respiramos con ellos nuestra muerte.
Regular el ingreso al primer cuadro es un imperativo. Solamente permitir el ingreso a discapacitados y personas de tercer edad en ascenso y descenso. Crear una línea alterna para el estacionamiento de trabajadores burócratas y de comercio. Hacer un balance de los beneficios de los parquímetros; preguntarnos si son necesarios, si no es mayor el costo que el beneficio. Debemos proyectar un nuevo uso del suelo. Tocar intereses creados, abrir los cauces para la salud pública y vías de solución al espacio público. La ciudad ya no puede crecer así. Busquemos su paisaje, el reconcilio con el ser humano como un aspecto esencial de salud y de convivencia humana.