Si, como piensan algunos petroleros, no serán 15 mil sino alrededor de 60 mil, casi la mitad de la plantilla de personal de Pemex, los trabajadores de confianza y sindicalizados que serán despedidos a causa de los recortes al presupuesto provocados por la caída de los precios del petróleo, el impacto de la medida se convertiría en otro factor de riesgo para el PRI en el actual proceso de elección de diputados federales.
Especialmente en las zonas petroleras, como la integrada por los municipios de Tampico, Madero y Altamira, en los que el energético que mueve al mundo es no solamente una fuente de empleo y de beneficios económicos, sino también un elemento político influyente en la conformación de los cuadros gubernamentales.
La Sección 33 del puerto tampiqueño, a la que pertenece la diputada Ana María Herrera Guevara, la 1 de la urbe petrolera, de la que son miembros distinguidos el alcalde con licencia y candidato a diputado, Esdras Romero Vega, y el alcalde sustituto, Mario Alberto Neri Castilla, y la 3 del municipio gobernado por el alcalde Armando Flores López, el regidor Juan Silva, son una muestra de ello.
Y todo indica que, independientemente de cuál sea al final de cuentas el número de los afectados por el reajuste laboral, los dirigentes sindicales no tendrán de otra que aguantar callados porque no están en condiciones de protestar contra quien los llevó y sostiene en el cargo.
Por esa poderosa razón, seguramente Carlos Romero Dechamps, y sus homólogos seccionales, Humberto Oliva Barrera, el hijo de Juan Silva y Rodolfo Pizarro Ponce, terminarán por justificar la medida.
¿Qué harán los jerarcas priístas para contrarrestar los eventuales votos de castigos que originaría el recorte de trabajadores de la máxima industria?
No tenemos idea, pero a estas alturas los dirigentes de los partidos de oposición, principalmente del PAN, el PRD y MORENA, ya deben de estar buscando la manera de utilizar el problema como bandera de lucha política para capitalizar de la mejor manera posible el malestar de la disposición entre los miembros del sindicato de Pemex.
Es necesario apuntar, además, que no sería extraño que el gobierno federal haya decidido soltarle los perros a Romero Deschamps pero no sólo para atenuar la baja de los petroprecios, sino para debilitar al otrora poderoso STPRM y abrir el camino a la creación de otros gremios obreros similares, como los que se sabe que están siendo impulsados como parte de la reforma energética que ha abierto el sector a la inversión privada.
Esto para que las transnacionales y todas aquellas empresas que tienen pensado invertir en los hidrocarburos y en la producción de electricidad en México puedan contratar a las agrupaciones laborales que mejor se acomode a sus intereses.
Otro asunto que, como el del reajuste de personal de Petróleos Mexicanos, ha causado malestar entre los priístas tampiqueños, especialmente a aquellos que apoyan el proyecto estatal de Mercedes Guillén Vicente, es que algunos militantes hayan denominado “Marco Antonio Bernal Gutiérrez” a un torneo de futbol organizado por la agrupación “Fuerzas Unidas por Tampico” y más porque algunos de los organizadores son funcionarios del gobierno de la ciudad, como el subdirector operativo de la Dirección de Deportes, Jaime Díaz Castillo.
En la ceremonia inaugural, que tuvo lugar en el Parque Méndez, a propósito, también se puso en marcha un torneo de basquetbol denominado “Miguel Santiago Álvarez”, a la que fue invitado el profesor Javier Ávila Reyes, también subdirector de Deportes, que asistió, sin embargo, a este último evento, pero que, por causas que se ignoran, Díaz Castilla empató con el del balompié, incidente que se prestó a malas interpretaciones de algunos de los asistentes por las implicaciones políticas a que dio lugar.
Y es que sorprendió que en el municipio por el que contenderá por la diputación federal de Paloma haya organizado una competencia con el nombre de otro priísta aspirante al Gobierno del Estado, aunque no haya sido así.
Por eso se aclaró que Ávila Reyes asistió al acto de Santiago Álvarez pero que en ningún momento se le dijo que en el mismo se daría la voz de arranque al campeonato al que se adjudicó el nombre del matamorense.
Sea por los motivos por los que haya sido, Jaime Díaz se ha metido en problemas y seguramente será regañado, cuando menos, porque por traspiés como ese hay quienes pierden el empleo.
Lo único cierto en este asunto es que en la lucha por la candidatura del PRI a gobernador del 2016 el grupo de Juan Manzur Oudié ha decido jugársela con el legislador de la frontera no con la ex subsecretaria de Gobernación.




