Desde hace tiempo, Víctor Meraz Padrón, actual secretario técnico del Ayuntamiento de Altamira perdió el piso.
Cuando fue regidor en el Cabildo que presidió Sergio Carrillo Estrada, el joven demostró, una y otra vez, que no se encontraba listo para asumir quehaceres en la función pública, pero la clase política altamirense -cuya descomposición moral ya registra niveles de alarma- permite eso y más.
En tierras del corredor industrial es muy comentado el pleito que sostiene con el diputado local Carlos González Toral, una bronca que surgió cuando eran ‘cuates del alma’. Todos afirman que Víctor Meraz traicionó al legislador con tal de quedar bien con el entonces presidente municipal Javier Gil Ortiz.
Ahora, en tiempos en que se siente ‘en la gloria’ como secretario técnico (una función que sirve de poco o nada en cualquier administración municipal y que sólo engorda la burocracia), el joven cree que tiene tanto o más poder que el alcalde. Así es. Y eso es una grave equivocación. El chavo ya se ‘mareó’.
El ejemplo más reciente: Hace unos días, Víctor Meraz, en una conducta sumamente infantil, armó un auténtico ‘berrinche’ porque Enrique Báez Nieto fue designado Jefe de la Oficina del Registro Civil en Estación Cuauhtémoc.
Era tal la molestia del joven funcionario municipal que a través de mensajes de ‘whatsapp’ aseguró que iba a renunciar a la Secretaría de Organización del PRI en Altamira, un estratégico cargo que también -algo que nadie entiende- se encuentra en sus manos.
El secretario técnico de la administración municipal y secretario de organización del priismo local armó tal ‘relajo’ con sus mensajes que hasta convocó a una reunión urgente en cierto punto de la zona centro de Altamira para analizar la designación de Enrique Báez en el Registro Civil de Estación Cuauhtémoc, con la advertencia de que su dimisión a su cargo en el tricolor era prácticamente un hecho.
Por lo visto, Víctor Meraz entró en un estado de confusión política: la designación de un Jefe de una Oficina del Registro Civil corresponde al gobernador de Tamaulipas. Es decir, no está en la línea de toma de decisiones del alcalde.
Además, si se encuentra molesto por el nombramiento de alguien que considera su ‘enemigo’ o ‘adversario’ en un puesto del gobierno estatal, ¿por qué ‘rayos’ quiere renunciar a la secretaría de organización del PRI de Altamira? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Así de confundido está el joven que ha sido ‘inflado’ hasta ser secretario técnico del Ayuntamiento, algo que no merece.
Y una cuestión más: Enrique Báez Nieto, quien ya fue síndico, es uno de los miembros destacados de la Confederación Nacional Campesina (CNC), un sector del priismo que tiene peso e influencia, por razones más que obvias, en Altamira. Para decirlo todavía más claro: el voto verde cuenta.
Por supuesto, ‘el pataleo’ de Víctor Meraz montado a través del ‘whatsapp’ llegó a oídos del hombre fuerte del municipio. Y claro, Armando López Flores no estaba nada contento con la actitud de niñez temprana tomada por su subordinado.
A ‘la mera hora’, cuando ‘le cayó el veinte’ de que había montado ‘un teatro’ ajeno a la realidad, Víctor Meraz trató de ‘meter reversa’ y comenzó a decir que él hacía lo que su jefe le indicara.
No obstante, ‘el berrinche’ del secretario técnico del Ayuntamiento puso en evidencia lo que todos saben de su perfil: es un funcionario que no funciona ya que carece de estabilidad emocional y genera pleitos innecesarios en momentos decisivos.
Se reitera: ¿Cómo es un posible que un secretario de organización de un PRI local quiera renunciar a su cargo nomás porque no le gustó que a un adversario suyo le hayan otorgado un cargo estatal, justo cuando se encuentran encima los tiempos electorales? Ese comportamiento está fuera de la lógica política… y de la lógica mental.
Es hora de que a Víctor Meraz le den un buen ‘jalón de orejas’ o, mejor aún, tomarle la palabra: que renuncie a la secretaría de organización del PRI de Altamira y aprovechar para colocar en esa posición a un priista ‘cuerdo’, estable, trabajador, eficiente y responsable (características que no tiene el joven del ‘berrinche’) a fin de contribuir con un ambiente de armonía y de trabajo en equipo para que el tricolor cumpla el objetivo: ganar la diputación federal del Séptimo Distrito.
LAS ESCUELAS DE CUADROS DEL PRI
En un esfuerzo por impulsar a las nuevas generaciones, el PRI, que preside a nivel estatal Rafael González Benavides, instrumentó el año pasado la puesta en marcha las Escuelas de Cuadros.
Ahora, después de asistir a las aulas cada semana, los chavos ya comenzaron a egresar y, por ejemplo, en el tricolor de Ciudad Victoria ya les entregaron el pasado viernes sus certificados y reconocimientos a los integrantes de la primera generación.
En un evento presidido por Carlos Morris, joven líder del PRI en la capital del estado, la ceremonia fue un incentivo para continuar con la labor de sembrar la semilla ideológica de un partido que, a pesar de las adversidades y de las transformaciones, regresó al poder a nivel federal.
El padrino de la generación fue -así tenía que ser- Miguel González Salum, candidato priista a la diputación federal por el Quinto Distrito. Además, estuvieron presentes la presidenta estatal del ICADEP, Nallely Gómez Ramírez; el dirigente del Instituto de Capacitación victorense, Horacio Reyna; y la secretaria general del comité local, Aurora Braña Acevedo.
En Tampico, la primera generación de la Escuela de Cuadros se gradúa hoy. El evento se realizará a las 18 horas en las oficinas del priismo jaibo.
Ahí estarán el presidente del PRI porteño, Sergio Villarreal Brictson, y la secretaria general del comité local, Mónica Villarreal Anaya, así como el presidente del ICADEP, el experimentado Raymundo Rangel Morales, que ya tiene todo listo para el siguiente curso.
Por supuesto, la invitada especial será Mercedes del Carmen Guillén Vicente, quien, siguiendo la lógica observada en Ciudad Victoria, será la madrina de la primera generación de la Escuela de Cuadros del priismo tampiqueño. Buen punto del Revolucionario Institucional.
