CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Los efectos del calentamiento global se comenzaron a sentir hace cinco años.
En 2015 las estaciones del clima no son puntuales. El frío se siente por tres días, luego calor y lluvia. Los contrastes ya se resienten en la agricultura y, a su vez, en la economía, porque los agricultores de zonas temporaleras desconocen el comportamiento climático.
En Tamaulipas, la Casa de la Tierra verifica a diario la temperatura del planeta.
Hilario Gómez, biólogo; Roberto Becerra, ingeniero en sistemas y Gizel González, coordinadora de la institución en Victoria, advierten que el conflicto ya está en el planeta y se trabaja en el mundo para mitigar las consecuencias.
«Casa de la Tierra es un centro de educación enfocado a temas ambientales, principalmente cambio climático y es parte de la estrategia de Gobierno del Estado para tratar este tema, que hoy en día es un reto», explica González.
Hay fenómenos climáticos que se han generado en temporadas inusuales y esto está relacionado con el incremento de la temperatura del planeta», agrega.
Consciente de que el cambio climático no se puede detener, ya que es un proceso que ocurre en el planeta desde hace millones de años, aclara que es posible mitigar sus efectos a través de la conciencia ambiental.
«Existe una Casa de la Tierra en Reynosa, se inició la construcción de otra en Madero y con ellas son 14 centros educativos de este tipo. Hay una infraestructura amplia en todo el País. Trabajamos en coordinación con el Instituto del Clima, que a su vez trabaja con otras Casa de la Tierra, y en Tamaulipas están proyectadas cinco Casa de la Tierra», informa Gizel González.
Estos puntos geográficos no medirán el grado de desgaste o contaminación de los lugares que les albergan, pero sí serán un nuevo punto de referencia para contribuir con los niveles de medición en el mundo a través de la estadounidense Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio.
«Ahora tenemos 400 partes por millón de dióxido de carbono, en el año 2015 y a partir de aquí las estadísticas marcan que si seguimos con la misma actitud, de acabar con los recursos naturales y usar combustibles fósiles, esto provocará una temperatura más alta y un gran deterioro ambiental», tercia Gómez.
La flora y fauna marina estarán en riesgo y los habitantes del polo norte tendrían menos posibilidades de sobrevivir.
América del Sur, Australia y Africa, son áreas en el planeta que contribuyen poco al calentamiento global. Sin embargo, Europa y Estados Unidos, al norte de la Tierra se han encargado de generar el suficiente dióxido de carbono que alcance a opacar el desarrollo de estas zonas que ni siquiera han descubierto su potencial.
«Es una probabilidad y lo que nosotros intentamos hacer en Casa de la Tierra es concretizar sobre este tema. Algunos se asustan, pero cuando vienen y nos visitan salen con una idea diferente de lo que hay qué hacer por el planeta», alienta Gizel Gómez.
