No, no se trata de una terapia como el temazcal, ni la ‘lodoterapia’ para quitar impurezas del cuerpo, se trata si de lo que para muchos es la guerra sucia, la guerra de lodo que ya comenzó a salpicar a los partidos y candidatos que buscan ser electos diputados federales el 7 de junio; lodazal que sin querer limpia, depura.
Así es mis queridos boes, el ejemplo más reciente es el spot que lanzó el PAN apenas el fin de semana en el que zarandean la figura del dirigente del PRI en el país César Camacho Quiroz al que le señalan su afición por los relojes millonarios.
Claro que cuando en el anuncio le preguntan a la gente su opinión sobre los relojes que porta el dirigente priista, viene el ‘qué poca madre’ entendible.
Igual cuando se menciona a las casas fastuosas de algunos y algunas. No hay forma de que la plebe apruebe lo que no tiene defensa.
Y aquí la pregunta que obliga a mi reflexión ¿es eso guerra sucia, es sano que se hagan este tipo de señalamientos?
Obviamente al que descobijan y los suyos siempre gritarán falta, se dirán víctimas de guerra sucia, tacharán al partido o candidato que promueva la denuncia de ‘enlodar’ el proceso, pero a usted y a mí nos debe servir este tipo de revelaciones.
Claro, ese es lodo que limpia, lodo que aclara, porque a usted y a mí y a todos los mexicanos nos conviene saber quiénes son exactamente los que quieren que les paguemos más de 150 mil pesos mensuales en su calidad de diputados, debe interesarnos cómo se han movido en ese pantano llamado política, tenemos que saber de cuántas suelas son sus zapatos.
El tema de los relojes de Camacho es una simpleza, si consideramos los verdaderos y jugosos negocios que se han hecho al amparo de la política en México y no me refiero sólo a los priistas, sino a los panistas y perredistas, porque en los tres grandes partidos hay botones de nuestra.
Recordemos el enriquecimiento de ex gobernadores de todos los partidos, las historias del hermano incómodo de Carlos Salinas, la venta de Telmex e Imevision, los negocios de los hijastros de Vicente Fox, la fortuna de César Nava, ex dirigente del PAN, las ligas de René Bejarano al amparo de AMLO y el PRD, las transas enormes de Humberto Moreira.
Por eso hoy que los azules le pegan al tricolor con los relojes de su dirigente, lo que tenemos que hacer es aplaudir para que venga el puño de lodo que sigue, el de los priistas respondiendo a los panistas.
Puede ser, seguro lo será, por el lado de las noches que se le documentaron a los diputados federales del PAN a cambio de gestionar presupuestos para ayuntamientos del país.
Esperemos incluso que el tema de la Casa Blanca de la familia presidencial sea llevado a los spots, la de Malinalco de Luis Videgaray.
Insisto, es un lodazal que limpia, porque a los partidos les debe servir de escarmiento para que les cuide las manos y el colmillo a sus miembros. Debe servir para que los gobernantes sepan que tarde o temprano, si es que no tienen conciencia, podrían salir a la luz pública sus corruptelas.
En la medida en que sean cada vez más ‘encuerados’ los políticos corruptos, frívolos, inhumanos, en esa medida este país tendrá mejores servidores públicos.
Por eso usted y un servidor debemos aplaudir que aunque sea sin quererlo, aunque sea sólo con el propósito de afectar al oponente, los partidos nos enseñen a los que quieren servirse en lugar de servir.
Por lo pronto anoche ya tarde se supo que el INE ordenó el retiro del spot contra Camacho Quiroz, quien se quejó porque dice que lo calumnian.
De hecho a través de Twitter, el líder priista comentó que los panistas «quieren ocultar #LosMochesDeLosMochos que han tejido una red de corruptelas que inequívocamente conducen a @GustavoMadero. ¿A poco no?».
Lo que sí es cierto es que un dirigente de un partido que se dice de centro, que se presume cercano a los más jodidos del país, tiene que entender que presumir su colección millonaria de relojes es poco más que una incongruencia.
Las buenas de Semana Santa…
Las cuentas del gobierno estatal indican que llegaron a Tamaulipas 1.8 millones de visitantes, en más de 330 mil vehículos y que dejaron una derrama millonaria en la entidad.
Obviamente en tiempos electorales hubo quienes cuestionaron y dudaron de las cifras oficiales. Pero lo cierto es que las playas de Tamaulipas se vieron abarrotadas esta Semana Santa. Los que por trabajo o por vivir en el sur tuvimos que documentar la situación de los balnearios, evidenciamos la afluencia, como no se veía desde hace años.
Miramar se tapizó de visitantes, La Pesca revivió sus mejores años, Costa Azul volvió a convocar a miles y miles.
Eso habla de la vuelta de la confianza hacia Tamaulipas, lo vimos en las carreteras, en Tampico se reiteró el éxito de la feria. Hoy cuando el periodo vacacional no termina, prestadores de servicios y autoridades tienen motivos para cantar victoria.
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