Resulta ocioso negar los avances que se han conseguido en materia de equidad de género dentro de la política mexicana, pero también parece ingenuo negar que los retos para las mujeres todavía son muchos. Y que los esfuerzos de organizaciones ciudadanas y ciertos actores públicos, no han rendido todavía los frutos que deberían.
A propósito de la contienda electoral, van algunas cifras que ayudan a dimensionar dónde estamos parados.
De los 174 candidatos, propietarios y suplentes, que buscan una diputación federal por mayoría relativa en Tamaulipas, 72 son mujeres.
En los Distritos II y V es donde compiten más representantes del género femenino. De hecho ahí son mayoría; en ambos casos hay 14 candidatas contra 6 candidatos.
En el sur de Tamaulipas hay también una buena presencia femenina.
En los distritos VII y VIII de hecho, se alcanzó el 50% de las posiciones para las mujeres.
En el Distrito III se cuentan ocho mujeres en competencia y en el VI, hay seis integrando las fórmulas.
Pero el dato más alarmante se da en Matamoros. En el Distrito IV donde hay 11 fórmulas, sólo hubo espacio para ¡dos candidatas!. Se trata de Alma González Benavides y Leonor Solís Raya, propietaria y suplente por Morena.
El dato debe ser escalofriante para quienes han hecho de la causa de la equidad de género, una de sus prioridades.
Cómo entender que mientras se impulsan leyes a nivel federal y estatal para garantizar la presencia igualitaria de mujeres en los cargos de elección popular, en Matamoros los partidos políticos se hayan hecho los desentendidos.
¿La estadística quiere decir que no hay mujeres con el peso y la trayectoria para abanderar a cualquier partido en la competencia electoral? Lo dudo mucho porque sobran ejemplos de funcionarias que han hecho labores destacadas en sus encargos.
El problema de fondo es el desdén que muestran los partidos políticos no sólo hacia la causa de la equidad de género, sino a la voz cada vez más recia que poco a poco emana desde la sociedad civil.
Es a final de cuentas un ejemplo más de la lejanía que mantiene la clase política con la ciudadanía. O qué otra cosa puede pensar la mujer matamorense cuando vea que los partidos políticos no pudieron abrir más espacios para otras mujeres.
Ataque de honestidad
Extraña la declaración de César Verástegui ayer en Victoria. Palabras más, palabras menos, reconoció que el PAN inicia la contienda electoral en segundo lugar. O fue un ataque de honestidad brutal o lleva alguna rara jiribilla que no alcanzamos a descifrar.