CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Debido a que la red hidráulica está muy deteriorada porque tiene más de 50 años, en Victoria el 40 por ciento del agua potable se desperdicia por fugas originadas en la tubería y en hogares, revela un estudio realizado por la Comisión Estatal del Agua.
En la capital del estado existe una red de 700 kilómetros de tuberías, que ofrecen una cobertura para más de 108 mil hogares, sin embargo, casi la mitad del agua se pierde.
Se estima que más de 40 kilómetros de tubería tienen más de 50 años de uso y ello origina que diariamente se registren 10 fugas en los principales sectores.
Por su parte, la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado advierte que al día se pierden 20 litros de agua por segundo por fugas en la vía pública.
Sin embargo, el mayor problema de fugas de agua se registra en los hogares, donde se estima que el 10 por ciento de mil 400 litros de agua por segundo se tira debido al mal estado de las instalaciones en las viviendas.
Esto representa que en los hogares de los victorenses se tiran 140 litros de agua por segundo, principalmente por fallas en baños, llaves y tuberías en mal estado.
En la ciudad existen tuberías que datan de 1960, las cuales son de barro, principalmente, y al registrarse cambios en el subsuelo se dañan y se rompen por la presión por lo que requieren ser reparadas.
Anualmente 3 mil 500 reclaman agua
Cada año Victoria registra un crecimiento de 3 mil 500 nuevos hogares, los cuales demandan el servicio de agua potable, para lo cual se tiene que realizar un gran esfuerzo para alcanzar una mayor cobertura en más de 108 mil hogares.
Actualmente existe una demanda de mil 400 litros de agua por segundo para abastecer a la ciudad, los cuales son bombeados a través de pozos de La Peñita, pozos del norte y del Acueducto Guadalupe Victoria.
A principios de siglo nació un dicho popular que decía: «Quien toma agua de la Peñita, ya no se va de Victoria».
Esta frase se hizo famosa por más de 90 años, cuando la capital del estado empezó a abastecerse con agua de esos manantiales que nacen en el cañón de la Sierra Madre, donde más de 800 litros de agua por segundo que producen son insuficientes para proporcionar agua a toda la población.
Tomás Torres Zapata, gerente técnico de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, es uno de los hombres que conocen la historia sobre cómo a lo largo de los años ha crecido la demanda de agua y cómo se abrieron nuevas fuentes de abastecimiento.
Afirma que este acueducto de La Peñita, fue inaugurado en 1923 y desde entonces ayuda a dotar de agua a la ciudad.
«Todavía tengo fotografías de la inauguración del acueducto de esa fecha donde aparecen los encargados del comité de agua en La Peñita, acompañando a las autoridades», dijo.
Reseña que desde entonces hasta 2012 en que se registró una fuerte sequía, nunca había bajado tanto el nivel de manantiales y de 800 litros por segundo que daban, apenas lograba producir 160 litros. Torres Zapata comenta que toda la zona es un área de veneros que generan mucha agua y la zona de La Peñita se surte de agua de manantiales como El Álamo, La Boya, el San Marcos y se cuenta con una galería filtrante, además de un manantial que se ubica a 7 kilómetros arriba en el Cañón del Novillo.