BOGOTÁ, Colombia.- El bombeo de petróleo por el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el segundo más importante de Colombia, fue suspendido por dos ataques con explosivos de la guerrilla izquierdista de las FARC que provocaron un considerable derrame de crudo en un río del noreste del país, informó el Ejército.
Los ataques, que no interrumpieron de inmediato las exportaciones ni la producción de crudo en los campos que opera Occidental Petroleum Corp, se registraron el martes cerca a los municipios de Teorama y Tibú, en el departamento de Norte de Santander, cerca a la frontera con Venezuela.
El Ejército atribuyó los atentados a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que rompieron un cese unilateral desde hace más tres semanas en represalia por un bombardeo en el que murieron 27 rebeldes, incluido un líder que participó en la negociación de paz que mantiene ese grupo con el Gobierno en Cuba desde hace más de 30 meses.
Desde entonces las FARC, que cuentan con unos 8 mil combatientes, han cometido más ataques que en los primeros cinco meses del año. Las Fuerzas Militares también han respondido con ataques y bombardeos en los que han muerto varios rebeldes.
Los ataques de la guerrilla después de la ruptura del cese al fuego unilateral han golpeado oleoductos, torres de energía, carreteras, acueductos, que han afectado a la población civil y han aumentado la desconfianza de que se pueda lograr un acuerdo de paz que permita poner fin al viejo conflicto armado.
De acuerdo con analistas, la guerrilla busca con los ataques demostrar su poder militar y presionar al Gobierno a pactar un cese bilateral de hostilidades, pese a que el Presidente Juan Manuel Santos insiste en que sólo lo hará al final de la negociación.
El oleoducto Caño Limón-Coveñas de 780 kilómetros de longitud tiene capacidad para transportar a diario unos 210 mil barriles de crudo que se producen en los campos del departamento del Arauca, hasta un puerto en el Mar Caribe desde donde se exporta.
Colombia, cuarto productor latinoamericano de petróleo, no alcanzó en el 2014 su meta de un millón de barriles diarios como consecuencia de los ataques de la guerrilla contra los oleoductos, las demoras en la expedición de licencias ambientales y las protestas sociales.
Los nuevos ataques contra la infraestructura productiva de la cuarta economía de América Latina coincidieron con el inicio en La Habana de un nuevo ciclo de la negociación de paz del Gobierno y las FARC en la Habana con la que se busca poner fin a un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 220 mil muertos y millones de desplazados.