Es un Marco Bernal relajado, abierto, espontáneo. Luce, hasta cierto punto, informal: vestido con un elegante saco azul, pero sin corbata y una camisa blanca.
En casi todas las fotografías sonríe, menos en una, en la imagen, donde recargado sobre un cristalino barandal, el editor imprime una frase que el legislador expresa con recurrencia: ‘Soy político de tiempo completo. No me dedico a otra cosa’.
Es la entrevista que Marco Bernal Gutiérrez ofreció a la revista ‘Lente’, que en la edición de este mes le dedica 10 páginas a la amena conversación sostenida hace 3 semanas en el Congreso de San Lázaro.
Dos veces diputado federal, senador a finales de la década de los noventas, ex dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), hoy el matamorense es un firme aspirante a la candidatura del Revolucionario Institucional a la gubernatura de Tamaulipas.
Con la propuesta de ser el próximo delegado federal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en el estado (la que, se afirma, no ha aceptado), el legislador acelerará el paso para alcanzar la anhelada nominación a gobernador del estado.
Ya hasta tiene casa en Ciudad Victoria, en la que vivirá una vez que concluya sus actividades en la 63 Legislatura el próximo 31 de agosto. Ahí radicará para competir de lleno por la candidatura tamaulipeca tricolor.
En la entrevista con ‘Lente’, Marco Bernal se presenta tal cual es: un político que también es padre de familia, esposo de una mujer muy inteligente (María Esther Sherman Leaño) y un hombre que estudió Psicología porque no quería ser abogado como casi todos sus familiares, pero que después cursó una Maestría en Ciencias Políticas.
El matamorense planeaba su ruta laboral hacia la actividad académica. Incluso, ganó un concurso de oposición para ser maestro titular de la Universidad Pedagógica y estuvo a punto de ser director de un área relativa a la historia de las ideas, la filosofía y la metodología.
Sin embargo, en 1979, recibió una invitación para colaborar en un plan trazado por el gobierno de José López Portillo. Fue el momento en que comenzó su participación en el servicio público. Y su carrera fue en ascenso.
A principios de los ochentas, tras ser asesor, el tamaulipeco se desempeñó como Director de Apoyo de los Comités de Planeación para el Desarrollo (Coplade) en la Secretaría de Programación y Presupuesto; y Oficial Mayor de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología.
Ya en los noventas, fue presidente del Instituto Nacional de Solidaridad de la estratégica Secretaría de Desarrollo Social. ‘Eso me puso en contacto con todos los grupos sociales de este país: indígenas, campesinos, gente de las colonias populares. Yo trabajaba de domingo a domingo’, relata en la entrevista.
Al iniciar el sexenio de Ernesto Zedillo (con quien rompió políticamente después de 1998), Director General del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas, una posición clave para recorrer el país y comprender sus avances y rezagos en materia de infraestructura educativa.
Después vino uno de los encargos políticos más complejos de su trayectoria en un momento crucial para México: fue designado Comisionado para la Paz en Chiapas. Era el 17 de abril de 1995.
La tarea era complicada. Marco Bernal se sentó a dialogar con la dirigencia del entonces denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), comandado por el Subcomandante Marcos (otro tamaulipeco, por cierto).
‘Me tocó ir a una negociación que me llenó de satisfacción porque conmigo se sentaron por espacio de 27 meses a negociar y se firmaron los famosos acuerdos de San Andrés, que da derechos a los pueblos indígenas’, comentó el matamorense a la revista.
Puntualizó: ‘Yo aprendí en Chiapas a negociar, en el Instituto de Solidaridad a escuchar y en mis puestos ejecutivos a tomar decisiones’.
Buena parte de la labor legislativa pasa por escuchar los planteamientos de las demás fuerzas políticas. Es parte de una democracia que se construye día a día en el plano institucional. Es algo que no entienden los radicales.
‘Un buen legislador dialoga y debe olvidar resentimientos con sus adversarios. Tienes que dejar a un lado tus intereses personales para que las cosas salgan bien’, expresó en la entrevista.
Como actual presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de la Cámara de Diputados, Marco Bernal participó activamente en la aprobación de la reforma energética.
Tras ser aprobada la iniciativa presidencial en el Congreso de la Unión, el legislador tamaulipeco recibió una llamada telefónica directa del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, quien le agradeció su apoyo y lo felicitó por su trabajo.
Es un buen momento para Marco Bernal: con amplia experiencia legislativa, tanto de diputado federal como de senador, es un conocedor profundo de la realidad tamaulipeca y nacional. Se reitera: es un firme aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura del estado. Va por el 2016.