18 diciembre, 2025

18 diciembre, 2025

Operan a niño; sufre bullying

El menor tuvo que ser intervenido luego que un grupo de estudiantes de la escuela Primaria Corregidora, le hicieron 'bolita' por lo que le astillaron la clavícula

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El juego de la «bolita» astilló el lunes pasado la clavícula de un alumno de ocho años en la escuela «Corregidora», ubicada en el 4 Matamoros en ciudad Victoria, Tamaulipas.

Los gastos médicos que provocó alcanzaron los 19 mil 800 pesos y el afectado es hijo de don Pedro, un padre de familia trabajador que pide omitir sus generales, por temor a represalias, pues es testigo de los estragos del bullying a lo largo de la educación básica de sus niños.

«Deseo denunciar que el bullying existe, que las agresiones en escuelas no han parado y que no se denuncia por temor, yo realicé tres denuncias el año pasado en la inspección de la escuela y resultó que por amistades con jefes de la Secretaría ya no se hace nada».

Esta semana no fue la excepción y el hijo de Pedro, de quien evita publicar su nombre, paró en el hospital, para corregir con una cirugía el daño que sufrió luego que sus compañeros le hicieron «bolita» en el recreo.

«Mi hijo no puede identificar a nadie, dice que solamente sintió que lo empujaron y al llegar al piso otros niños se aventaron sobre él, pero no puede identificar a nadie», explica Pedro.

Después del incidente, el niño fue llevado a la dirección y se comunicó al padre de familia la gravedad del asunto.

» Yo apenas me enteré anoche (martes por la noche) que la mamá de mis hijos negoció con la escuela y quedaron en pagarle el día 19 de julio los gastos del hospital. Al parecer habló la Directora y la Mesa Directiva de Padres de Familia, y acordaron que el día 19 pagarían. Ni la mamá de mis hijos ni yo queremos problemas porque otro de nuestros hijos está en esa escuela, pero si hay agresiones continuas. Un día un niño encajó el lápiz en la mano de una niña. No es la única escuela que nos queda cerca, pero es la mejor que está en este sector».

Pedro explica que en la Secundaria Federal 3, donde asistía el hijo mayor, también fue afectado y su hijo negaba las agresiones por temor a sus compañeros.

«Él siempre decía que se había caído, hasta que un día no fui yo a dejarlo, pero él no sabía que yo lo estaba siguiendo y vi que al entrar a la escuela ya lo estaban esperando para galopearlo. Yo agarré al muchachito y le dije que me lo dejara en paz, pero en eso venía el Director y él me dijo que yo estaba mal por amenazar a un menor de edad y yo le pregunté: ¿Y las agresiones que le hacen a mi hijo?. Pero eso no lo cuentan. Ya lo he vivido, por eso tengo temor, las otras veces han tomado represalias en las escuelas contra mis hijos. Y esta vez no quiero eso. Sólo dar a conocer que las agresiones siguen existiendo».

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