27 diciembre, 2025

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Confesionario

Manlio y los efectos…

Confesionario

Muy al estilo de la ‘democracia’ priista, ayer se destapó a Manlio Fabio Beltrones como el sustituto de César Camacho en un proceso que se comenzará a formalizar el viernes y que por lo pronto ya dejó algunos daños al interior del partido y del equipo del presidente Enrique Peña Nieto por el mal manejo que se le está dando.

Así es mis queridos boes, si bien, de los dos nombres que se manejaban al final, el del ex gobernador de Sonora parecía el menos peor, hay que apuntar que su llegada al tricolor deja más dudas que certezas, porque no es él precisamente el hombre más popular entre el equipo peñista.

La primer consideración que hay que hacer del mal manejo sucesorio es la rudeza innecesaria que se le aplicó a Aurelio Nuño, al que apenas 24 horas antes ya se daba como próximo líder nacional del PRI y que al final queda como ‘chiquito’, ‘novato’, ‘perdedor’.

Y es que de cara al 2018, en que habrán los priistas de escoger candidato para mantener la presidencia de la República que hoy detenta Peña Nieto, nombres como el de Aurelio seguramente hubieran servido al menos para engordar el caldo o quién quita y hasta pudo haber sido hasta candidato.

Pero a los del PRI nacional y a los de Los Pinos se les salieron las cosas de las manos, algo debió haber pasado en la casa presidencial de última y tuvieron que recular y guardarse la intención de llevar al junior, al ‘brillante’ Jefe de la Oficina de la Presidencia a despachar al tricolor.

Hoy salen con que se debe a que no cumplía con el requisito de haber sido dirigente como lo marca el estatuto, cuando usted, yo y el resto de los mexicanos que usamos la ‘tatema’ sabemos que el único estatuto que vale en ese partido es el deseo del presidente en turno.

El caso es que el primer gran deificado de la sucesión tricolor es el hombre fuerte de Peña Nieto, su principal asesor, su alter ego, porque del joven que nos vendían que daría oxígeno y juventud al PRI, hoy sólo quedan harapos.

Por el otro lado, los tricolores estrenarán en Manlio una dirigencia nacional que está muy lejos de mandar mensajes de modernidad, de un nuevo PRI, porque el sonorense es junto con Emilio Gamboa Patrón lo más añejo del viejo partido, al que los que hoy mandan quisieran haber dejado en el pasado.

Enterrados deben haber quedado los mensajes de la intención tricolor de acercar a los nuevos votantes porque son los jóvenes el sector que más crece y también los que más votan en contra del ex partidazo.

Qué Manlio es del viejo PRI; sólo baste recordar que ya era gobernador cuando mataron a Luis Donaldo Colosio en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.

Eso sí, Manlio es de los dos finalistas el que más colmillo tiene, el que más experiencia ha obtenido, el que sobrevivió a la derrota del 2000, el que sobrevivió a la primera parte del sexenio peñista sin ser bien visto y ahora hasta dirigente será.

Manlio, sin duda no será un presidente del PRI típico, por varias razones, la principal es porque no es amigo de Peña, mucho menos del equipo del también ex gobernador del Estado de México, por el contrario es apestado entre los cercanos al inquilino de Los Pinos.

Manlio, para muchos priistas ‘apesta’ y se lo harán saber, porque recordemos que desde principios de año, cuando se barajaban las posibilidades que tendría al terminar la actual legislatura, había más oponentes para que fuera al PRI que quienes lo apoyan.

Y es que para los peñista sólo la simple mención de Manlio para el tricolor significaba la posibilidad de que se le entregara por adelantado la candidatura a la presidencia del 2018, hasta entonces reservada para Miguel Ángel Osorio Chong o Luis Videgaray; Manlio era el intruso.

Manlio ‘apestaba’ porque también se le nombraba como posible sustituto de Osorio Chong y sus malquerientes decían que era como entregarle el manejo del gobierno federal, que sea como sea aún recae en Peña Nieto.

Es decir, Manlio llega muy cuestionado por una buena parte de los priistas, no cualquier parte, sino los que conforman el gabinete, los que se hablan de tú con el presiente.

Pero la forma en que llega, también deja un saldo negativo para Peña Nieto, porque pese a sus coqueteos en Francia, la realidad es que su gallo hasta el martes era Aurelio Nuño y tuvo que echarse para atrás, lo que lo deja como derrotado ante un Manlio que llega a tirabuzón; en suma todos pierden.

Hoy en el PRI van a tener que buscar una estrategia para vender la idea de renovación, de modernidad, de oxigenación, de haber trascendido del viejo al nuevo partido, Manlio no será el que mande esa señal.

Las otras consideraciones, las locales no son importantes. Hay quienes piensan que con la llegada del sonorense suben los bonos de Marco Antonio Bernal para la gubernatura, como si los votos en las urnas se dieran por decreto, como si tener un amigo en la dirigencia te volviera carismático.

La realidad es que en el tema sucesorio local no cambian las cosas, a pesar de la alharaca de algunos.

Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong

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