27 diciembre, 2025

27 diciembre, 2025

Divino  tesoro…

Vida Diaria

Juventud,  divino  tesoro,  época  de  ilusiones y pasiones, amores  y desamores, rebeldías  y  realidades,  de  vivir  la  vida, sí, pero con responsabilidad, de hacer  conciencia  de  que  todo lo  que hagan marcará sus  destinos.
Es en esa hermosa  época  cuando  se  le debe  dar  el  justo  valor  a  las cosas, más porque en  estos tiempos  ya  no  se  vale ser  rebelde  sin  causa, ahora se  requieren jóvenes  bien  encausados,  capaces  de trazar  sus  metas, con  rumbo  fijo  y  objetivos claros.

Una  juventud  preparada, bien  informada,  con  cimientos  sólidos,  valores, sentido  común y  humanístico, es  factor  de desarrollo,  los jóvenes  productivos son  sinónimo  de  éxito,  de  ahí  el compromiso  de padres  de  familia, gobiernos y  sociedad  de  contribuir  para  que  nuestro  México  sea  un  país  de  muchachos forjadores  de  futuros  prometedores, para  la  grandeza de la  nación.

Claro  que los jóvenes  también  deben contribuir,  no  dejar  pasar la  vida  sin  sentido  ni  motivo, al  contrario, ver en  cada  día  es  una   puerta  abierta, una  oportunidad, valorar lo  que  se  tiene, pero luchar por estar  mejor.

La juventud es un proceso relacionado con la educación, cambios experimentales de conducta de todas las personas la preparación para su ingreso al mundo productivo y es la construcción de la identidad firme de cada individuo.

En la JUVENTUD es la época de construir cimientos, de invertir un tiempo y un esfuerzo en preparar lo que quieren ser, que en ocasiones no darán frutos inmediatos, pero la inversión realizada será necesaria para poder construir sobre bases  sólidas  la torre monumental de sus propias vidas.

También es la época más especial, para disfrutar  intensamente cada momento, cada instante que le quieras robar a la existencia, es el espacio en  que muchas  veces poco  preocupa el mañana porque  se  cree  que  es  demasiado incierto para  hacer  planes.

Pero hoy  los  jóvenes deben  tener claro que  en ese  espacio  de  vida es el momento en que se prepara para el  futuro, es la época de sembrar las semillas para  poder cosechar experiencias, triunfos  y  sabiduría.

Ellos,  los  jóvenes no deben perder de  vista  sus objetivos, menos  el humanismo porque  eso  es  lo  que les permitirá  tener una vida armoniosa, plena y  feliz,  disfrutando  todo lo  que  se  haga pero siempre viendo hacia delante esperando que el mañana sea mejor que el ayer, así, en el futuro se darán cuenta si las semillas que sembraron fueron buenas, limpias y sanas, verán nacer árboles frondosos con sus ramas llenas de flores de bondad, entre  sus  hojas  revoloteará algarabía y trinos de amistad, generarán aire de pureza y tranquilidad y su sombra será el cobijo del dulce fruto de los triunfos.

Pero si la semilla de  comportamiento en la juventud es mala, podrida y llena de  impurezas, aunque la tierra sea fértil, jamás verán germinar nada, no  crecerá más que una enredadera rastrera, temporánea y estéril,  tristemente la soledad y olvido se apoderará de su ser y alma sin esperanza de ver un mejor mañana.

Juventud, divino  tesoro, tiempo de adquirir conocimientos que servirán como instrumento para alcanzar el éxito, de reafirmar  valores que marcarán lo bueno y  lo malo, es  cuando las convicciones se  defienden y se fortalece el carácter que será el factor determinante para el crecimiento integral.

La juventud es la época de la vida en que un ser humano, por sí solo, debe ser responsable de su salud y no minarla con acciones que pueden perjudicar de manera definitiva su cuerpo, su mente y su espíritu, es la época donde se inician las bases emocionales pero  también se  ve al prometedor horizonte.

Por  lo  tanto muy  atentos  deben  estar los jóvenes para  no  perder el rumbo de sus vidas, ya que es  en esa época cuando más  se  cae  en  tentaciones, que  se  hacen  cosas  por imitación más  que por  convicción y  es  entonces cuando se puede naufragar en un mundo hostil y lleno de maldad, razón  por la que  es mejor estar  bien  informados,  prepararse  para  el futuro,  porque  no  siempre se  tendrá la juventud, el divino  tesoro.

Ejemplo de  jóvenes  comprometidos con  ellos mismos, su  familia, su  entorno, su  Estado y  la  patria hay  muchos,  para  muestra,  la jovencita DELIA  ITZEL LÓPEZ DUEÑAS que recibió  el Premio Nacional de la Juventud por  su  destacada  trayectoria aportando  al mundo  ciencia  y  tecnología y que es orgullosamente  victorense, o el  joven ISAC MARTÍNEZ que  ganó  el  tercer  lugar mundial en  matemáticas,  así como  todos los  que  enfrentan  la  vida  con  valentía, desde  los  que  estudian hasta  los  que  salen a  trabajar para vivir y lo  hacen  con entusiasmo y alegría.

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