¿Qué les hará pensar a la docena de ex alcaldes que sus ex representados podrían volverlos a elegir para ocupar la silla principal de las presidencias municipales?, ¿será que su paso por las alcaldías les afectó tanto que les fue imposible salirse de la burbuja que ellos mismos se crearon cuando estaban en funciones y siguen pensando que el pueblo los ama y los extraña?, no sé qué sea, pero me parece increíble que muchos ya están con la mano alzada buscando una nueva oportunidad… qué miedo!
Así es mis queridos boes, es obvio que el cargo ahora es más atractivo por la posibilidad que los presidentes municipales tendrán de reelegirse por un periodo más, pese a que el primero será solo de dos años, si lograran la reelección estarían pegados a la ‘ubre municipal’ un lustro completo.
Aunque las calenturas políticas de los ex alcaldes se dan por todos los rumbos del estado, es precisamente en el sur donde la ‘enfermedad’ es mayor, pues para los tres municipios de la zona conurbada hay personajes probados en la función que quieren repetir, probados no quiere decir que hayan sido buenos presidentes, es más, puedo asegurar que fueron todo lo contrario.
Échenle, por Tampico la multicitada, querida, odiada, pero jamás ignorada Magdalena Peraza no solo levantó la mano al día siguiente de que se convirtió en ex alcaldesa, sino que exige un sitio en la boleta, reclama el pago al PRI por sus servicios, primero en la elección de Gustavo Torres Salinas y luego en la de Paloma Guillén.
Magda cree que por ella ambos ganaron, que Gustavo y Paloma le deben el puesto pues, por lo que amenaza de que si no va de candidata en una coalición que incluya al PRI, entonces va por la libre.
Ya sabemos que eso de la traición es algo que se le da. Recuerdan aquel hastag: #traicionocomomagda.
Pero en verdad más allá de que el PRI le deba dos victorias o no, ¿este pueblo merece tener a la maestra otra vez de alcaldesa?, ¿no llenó el puerto de bailes, disfraces, palomazos, valentonadas en el basketbol?.
El de Magda fue un trienio de fiesta particular donde la festinada siempre fue ella, pero: ¿el servicio de recolección de basura?, ¿el alumbrado público?, ¿el nepotismo?, Juan Pueblo de eso casi no se acuerda ¿o sí?
La profesora no es la única ex alcaldesa que quiere repetir, hay versiones que indican que también se ha anotado Fernando Azcárraga López, ya dos veces presidente, pese a que los ciudadanos ya le dejaron bien claro en la elección de cuando quiso ser diputado federal que no lo quieren, le quitaron el mote que ‘analistas’ bien aceitados le daban de: el invencible.
Para Madero, Guadalupe González Galván también cree que el pueblo se merece sufrir de nueva cuenta con su presencia como primer autoridad.
Va y viene a Victoria buscando apoyos, hasta se peleó con el Diputado local Erasmo González, quien también suspira por atravesarse en su camino.
En Altamira quiere repetir Pedro Carrillo, que tiene a su favor haber metido orden administrativo, que atrajo grandes inversiones, eso decían sus boletines. Que corrió a cientos, que nunca estaba, que era poco cercano a la gente, dicen sus malquerientes.
El caso es que para los tres municipios hay personitas que quieren repetir, la gran y reiterada pregunta es: ¿lo merecen por haber sido excelentes alcaldes, porque hay huella de su paso por la alcaldía?, no, no y no.
Por Matamoros también se cuecen habas, allá anda bien movido Erik Silva Santos a quien vimos caer en diciembre siendo favorito para ir por la diputación federal tras el escándalo que le armaron los gringos.
Ahí mismo se mueve Alfonso Sánchez Garza, más quedito pero se mueve.
¿Qué habrán dejado ambos en Matamoros?
Y por el estilo en los municipios rurales anda un puñado de ex alcaldes queriendo volver a lo que tanto les gusta y les deja lana.
Creo que en el PRI deberían ya de decirle a muchos de los que suspiran con volver a succionar el presupuesto municipal que ya no les toca, que los pueblos de los que se sirvieron no tienen gran cosa que exprimirles más, no los merece pues.
Igual habría que pedirle al tricolor que le avise a algunos alcaldes en funciones que su chamba es de siete días y no de cinco, porque hay muchos que apenas llega el viernes y ya andan en el Valle de Texas o Monterrey con todo y vehículos oficiales y tarjetas bancarias del municipio gastando lo que no es suyo o visitando otros municipios con la idea loca de ser candidatos a la gubernatura.
Tal vez tendrían que tener el suficiente valor civil para pedirle a las tesorerías municipales que les descuenten los fines de semana que no trabajan y viajar por sus medios y con su servidumbre particular, porque ahora cargan con: síndicos, directores, maquillistas y demás.
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