A propósito hace dos que tres días abordamos un comentario algo escabroso y aunque no es propósito de esta tribuna tocar esta clase de dimes y diretes debido a que nuestro estilo es más bien político que meternos en otros trotes que son competencia del gobierno sí nos animó el deseo de aprovechar la ocasión para preguntar ¿por qué muy seguido llegan hasta nuestro correo denuncias por el mismo estilo y no lo hacen ante la autoridad competente?. La respuesta me la dio sin querer queriendo un maestro que presta sus servicios en la Sección XXX del SNTE Tamaulipas.
En aquella ocasión, bien recuerdo que ese maestro me solicitó, casi me exigió, que como periodista estaba obligado a escribir sobre el tema a lo que respondí, por supuesto que sí puedo hacerlo pero requiero de una fuente de información como la tuya, por lo tanto aquí tienes mi libreta y pluma para que escribas en ella tu inquietud.
El “profe” se me quedó viendo con una sonrisa y me dijo: Es tu obligación.
Pues sí, pero también es tu obligación ciudadana, por lo tanto ahí está mi libreta para que escribas en ella tu inquietud con tu puño, letra y generales. Si tú lo haces ten la seguridad que lo haré.
El profesor se “rajó” y con una burlona carcajada se alejó de mí.
Fue entonces cuando comprendí que la mayoría de la gente siempre busca que alguien les resuelva sus problemas sociales pero son incapaces para defenderse por sí solos y lo peor se niegan a dar la cara.
Por eso les digo que el trabajo de un periodista es difícil, complicado y peligroso pero esto las mayorías que nos leen no lo entienden así, e incluso llegan al grado de decirnos “rajados” cuando los miedosos son otros.
Traigo a colación lo anterior porque a mis casi cincuenta años de ejercer el periodismo hay gente, incluso hasta políticos y servidores públicos, que se atreven a denunciar ante un reportero o columnista una mala acción gubernamental pero a condición de que no mencionemos su nombre, pues es la primera condición que nos imponen para darnos la noticia.
Y el periodista, reportero o columnista con tal de ganar la sobresaliente noticia acepta la condición, razón por la cual aceptamos el anonimato y ahí está la tarugada del porqué la misma prensa es copartícipe de lo que sucede, acontece o pasa en el entorno nacional, razón por la que les digo que cuando los lectores, periodistas y sociedad en general asumamos por separado nuestras propias responsabilidades sociales México será otro. Antes no.
Digo lo anterior porque cuando decidí abandonar mi carrera de ingeniería para convertirme en periodista fueron muchas los obstáculos a vencer e incluso me gané el repudio de mis autoridades municipales, de un gran número de políticos locales y que decir de varias amistades que ante mis públicos señalamientos no sólo fui a parar a la cárcel sino que también me retiraron su amistad, es más hasta llegaron a ponerme la pistola en el pecho y hostigar a mi familia.
Aun así seguí adelante y muy a pesar de que me auguraron un mal porvenir, aquí estoy y el próximo dos de noviembre estaré cumpliendo, para mucho orgullo, cincuenta años de periodista, pues quiero que sepan que principié a escribir en Ciudad Madero en un pequeño periódico que se llamaba “Átomo” y que dirigía mi entrañable amigo el profesor José Salazar García (+).
Desde entonces siempre mi vocación ha sido esta y por eso les digo que ser periodista no es cualquier cosa, se trae en la sangre y para serlo se necesitan “muchos huevos”, no tanto como los míos porque estos son muy “chiquitos” pero aun así son mis blanquillos y punto.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.