MATAMOROS, Tamaulipas.- Un adolescente de 14 años prácticamente vivió un infierno el tiempo que estuvo internando en el Centro de Rehabilitación para Alcohólicos y Drogadictos, conocido como «El Taller», ubicado en la colonia Los Ébanos, donde sufrió todo tipo de torturas, intento de violación y, además, por tres semanas no lo dejaron ver a su familia.
Los abusos que vivió el adolescente ya fueron denunciados en la Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Matamoros y ante la Agencia Tercera del Ministerio Público, donde ya se inició un oficio de investigación.
Juana Gabriela Martínez López, con domicilio en el fraccionamiento Villa Las Torres, fue quien denunció los abusos que sufrió su hijo Demetrio, de 14 años.
En entrevista con Expreso, la madre del adolescente manifestó que desde los 12 años su hijo se hizo adicto a las marihuana y debido a que ya no podía controlar su adicción, decidió internarlo en el Centro de Rehabilitación para Alcohólicos y Drogadictos «El Taller», ubicado en la calle Josefa Ortiz de Domínguez, número 320 esquina con Juan Sebastián Bach, de la colonia Los Ébanos.
Fue el 12 de junio del presente año que la mujer llevó a su hijo al mencionado centro de rehabilitación.
Para inscribirlo pagó la cantidad de mil 350 pesos y le dijeron que semanalmente tenía que estar pagando 450 pesos para su comida.
«Cuando llevé a mi hijo a ‘El Taller’ me dijeron que le iban a dar terapia psicológica, un tratamiento especial para atender el problema que tiene con las drogas, además iba a tener sus tres comidas diarias, pero no fue así», afirmó Martínez López.
También le dijeron que solamente podía visitar a su hijo los domingos por un espacio de dos horas, sin embargo, las veces que fue a visitarlo solamente lo veía por un tiempo de 25 minutos.
Martínez López manifestó que hace tres semanas acudió a visitar a su hijo, como comúnmente lo hacía, y en esa ocasión le negaron ver al menor de edad, porque según se había portado mal.
El pasado domingo la ofendida se presentó a «El Taller» para intentar ver al adolescente, pero el director del centro de rehabilitación, de nombre Tomás González, a quien conocen como «El Padrino», le volvió a decir que el menor de edad estaba castigado.
Al ver la actitud sospechosa del director del centro, la dama exigió que le entregaran al adolescente, porque si no se lo daban los iba a denunciar.
Aseguró que «El Padrino» le pidió la cantidad 8 mil pesos para entregarle al menor de edad, pero ella no accedió, al contrario le volvió a recalcar que acudirá ante las autoridades de Victoria para denunciarlo y posteriormente se lo entregaron.
Al estar afuera del centro de rehabilitación, el menor de edad le empezó a narrar el infierno que vivió en «El Taller», donde sufrió todo tipo de torturas e intento de violación.
A viva voz, el adolescente confesó que en varias ocasiones lo golpearon, lo amarraron de las manos, le dieron comida echada a perder y no lo dejaban ir al baño e, incluso, hacía sus necesidades fisiológicas con las ropa puesta, además lo bañaban con agua fría.