18 diciembre, 2025

18 diciembre, 2025

Laberintos del poder

El caldo de cultivo

LABERINTOS DEL PODER

Tengo un motivo de encono contra el aspirante a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.

Es personal. Se deriva de que con esta vez ya son dos ocasiones que sus excesos me hacen desviarme de mi intención de no escribir sobre política los domingos. En verdad me molesta ocuparme de los devaneos de este fofo personaje –física y mentalmente– en un día que no debería contaminarse con las estupideces de sujetos como el mencionado.

Como decía mi querido y desaparecido tío Angel cuando no le salían sus planes: ¡Me da un coraje…!

Pero del encono, paso a la preocupación. Y no por la postura del magnate, sino por el efecto de sus declaraciones belicosas y anti migrantes.

Trataré de explicar este galimatías.

Con seguridad usted vio o leyó sobre lo sucedido días atrás en una conferencia de prensa concedida por el millonario metido a político –al revés de los mexicanos, que pasan de políticos a millonarios– en donde fue expulsado el periodista estrella de Univisión, Jorge Ramos, porque a Trump le molestaron sus incisivas preguntas sobre el espinoso tema de quienes ingresan en forma ilegal y hasta legal, a Estados Unidos.
¿Eso es lo inquietante?

No. Claro que no. Exabruptos como el realizado por Trump no sorprenden a nadie. La pedantería y soberbia del aspirante a la Presidencia hace predecibles y hasta casi normales, situaciones penosas como la vivida por Ramos.

No. Lo que empieza a quitar el sueño es lo que está generando esa actitud, como lo comprobó el propio periodista y todos los que logramos ver el zipizape con un seguidor de Donald, quien increpó al comunicador con una airada exigencia: “¡Lárgate de mi país!”.

Queda claro: Trump está impulsando una aberrante reacción xenofóbica contra los migrantes que parecía haber dejado atrás ataques racistas directos como el sufrido por el periodista.

En un país como Estados Unidos, donde en muchas de sus regiones y ciudades no se ha erradicado el rechazo y hasta el odio contra todo lo que no sea tez blanca, ojos azules y pelo rubio o claro, la visión del millonario es un caldo de cultivo que de mantenerse arrojará resultados amargos.

Lo confieso, para su servidor nos es ni por asomo una alegre experiencia ir a Estados Unidos. La arrogancia de los ciudadanos norteamericanos es algo que no puedo digerir, sobre todo cuando proviene de una persona inculta y sin valores cuyo único “mérito” es haber nacido en ese país. Indigna que hombres y mujeres mexicanos, de todas las edades, sean tratados con la misma desconfianza que les otorgan a delincuentes consumados.

Pero el caso de su servidor es un frijol en un mar de arroz. La inmensa mayoría de mis paisanos hacen todo lo que pueden para ir a gastar todo lo que tienen a esas tierras, donde lo último que reciben es agradecimiento.

Por ellos es que nace mi preocupación. Ojalá que no sea Trump candidato y más aún, ojalá que de serlo no llegue a la Presidencia. No quiero imaginar el trato que recibiremos –lo digo en forma genérica, no porque piense ir– si las políticas hasta ahora proyectos del empresario llegaran a aplicarse.

Ojo: la discriminación y el racismo en Estados Unidos siguen vivos. En algunos casos latentes y en otros abiertos. Espero que a la vuelta de un par de años no estemos lamentando la pobreza mental de este sujeto.

Y como dice Catón: Ya no escribo mas porque me estoy “encaboronando…”
Twitter: @LABERINTOS_HOY

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