La sociedad civil dio esta semana un paso importante para poner un alto al monopolio del poder que detentan los partidos políticos.
Por lo menos así lo hace pensar la creación de la asociación “México Libre y Bronco” que, aunque surge en el Estado de Nuevo León, va camino a convertirse en una organización nacional destinada, entre otras cosas, a apoyar a aquellos ciudadanos interesados en participar en la disputa de los cargos de elección popular de los tres órdenes de gobierno como candidatos independientes.
Se trata de una agrupación apartidista encabezada por Alfonso Jiménez Pérez que ha surgido a la vida pública para otorgar asesoría jurídica en materia jurídica fiscal, así como en la electoral, manejo de imagen y estrategias de campañas, entre otras medidas necesarias para poner un alto al tripartidismo y a la partidocracia, que nada bueno ha dejado a los mexicanos.
De entrada, el naciente organismo se ha propuesto eliminar las prerrogativas económicas legales que se otorgan actualmente a los partidos políticos, esto con el objeto de que todos los candidatos a presidente de la república, gobernadores, alcaldes y diputados contiendan en lo sucesivo en condiciones de igualdad de circunstancias.
La organización ya tiene representaciones, además de Nuevo León, en 20 entidades federativas, entre ellas la de Tamaulipas, que será presidida por José Manuel de León González.
La designación de Alfonso Jiménez como dirigente de la asociación del ramo de Reynosa adelanta, asimismo, que en poco tiempo la instancia contará con comités directivos en todos los Estados y municipio del país. El hartazgo provocado por los servidores públicos del PRI, el PAN y el PRD, las principales fuerzas políticas, ha llegado a tales extremos que la sociedad está determinada a aprovechar la figura electoral de las candidaturas ciudadanas o independientes para darle a la democracia una verdadera representación comunitaria. Los partidos políticos aludidos ya gobernaron el país. El tricolor durante 73 años, Acción Nacional 12 y el Partido de la Revolución Democrática ha estado al frente en varios Estados y el Distrito Federal, pero ninguno ha podido o no ha querido resolver los grandes problemas que agobian a México, como son los de la pobreza, la corrupción, la impunidad y más recientemente el de la inseguridad.
Es tiempo, pues, de dar una oportunidad a los representantes sin partido y que la población compruebe si esta opción es la mejor, que las que hemos tenido a la fecha, para gobernar a la nación.
Pero en tanto que la sociedad civil se prepara para restar gradualmente poder a los partidos políticos, como cada primer día de septiembre, el Gobierno Federal entregará este día, como señala la ley, a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión el texto del tercer informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, esta vez por conducto del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ya que, como resultado del cambio del formato impuesto a la obligación, el primer mandatario ya no tiene la necesidad de acudir a San Lázaro para dar cuenta personalmente del estado que guarda la administración. Esta última ceremonia, que en el pasado reciente era denominada como la del día del presidente y el culto a la personalidad, el Jefe del Ejecutivo Federal dará a conocer mañana desde palacio nacional, ante 2 mil 500 invitados, un resumen de los aspectos de mayor relevancia de la gestión en los últimos 12 meses, sin que nadie lo cuestione, interrumpa, salvo para aplaudirle, o interpele, como les sucedió en el pasado a los presidentes priístas Miguel De Lamadrid Hurtado, Carlos Salinas De Gortari y Ernesto Zedillo Ponce De León y a los homólogos panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa. Cabe señalar que, aunque hay hechos positivos que presumir, como las reformas constitucionales, especialmente la de telecomunicaciones, porque las energética, educativa, fiscal y la laboral contienen puntos controversiales, y la obra pública, la realidad es que la caída de los precios internacionales del petróleo, la devaluación del peso ante el dólar estadounidense y las repercusiones económicas negativas que estos fenómenos económicos han traído consigo, dibujan un panorama desafortunado que no podrán ocultar las cifras oficiales.