UTAH, EUA.- Fue una noche calurosa en San José, Costa Rica, allá en el lejano año de 1993.
Ricardo Ferreti estaba al mando de una Selección Mexicana catalogada como “B” que se preparaba para la Copa de Oro de 1993.
El rival, la selección tica, siempre fuerte, siempre guerrera, siempre teniendo como objetivo vencer en cualquier oportunidad al equipo mexicano, no importando si éste fuera “A” o “B”, uno o dos.
Para ellos era el odiado rival: México y punto.
Ferreti salió a jugar con esta alineación: el eterno cancerbero del Atlante Félix Fernández en la portería. En la defensa estuvieron los centrales del León: Ricardo Cadena y Carlos Turrubiates, por las laterales jugaron José Luis Montes de Oca de las Chivas y Jorge Rodríguez, surgido en el Toluca.
En el medio campo, Alberto Coyote, también de los Esmeralda fue la contención, volanteando estuvieron Juan Carlos Chávez del Atlas, y José Antonio Noriega surgido en los Pumas y como enlace estuvo Octavio Mora, quien nació futbolísticamente en la Universidad de Guadalajara pero brilló en Cruz Azul.
El ataque fue formado por el atlantista Luis Miguel Salvador y Jorge Santillana de Universidad Nacional.
De cambio entraron Manuel Vidrio de Chivas, Víctor Ruiz de Cruz Azul, Joaquín del Olmo de Veracruz y Mauricio Gallaga de los ya desaparecidos Tecos.
Ese Tri se llevó el triunfo a casa por 0-2. Los goles fueron marcados por Octavio Mora a los 23 minutos de juego y Luis Miguel Salvador a los 56.
De eso ya pasaron, 22años.