27 diciembre, 2025

27 diciembre, 2025

El infierno y las buenas intenciones

Claroscuro

“Nadie se acordaría hoy del buen samaritano, si además de buenas intenciones…no hubiera tenido dinero”. Margaret Tatcher.

LO CLARO. De nuevo, el telón se abre. Y las invitadas (Calíope, Terpsícore, Erato, Talía, Urania, Clío, Euterpe, Melpómene y Polimnia) musas de las bellas artes, hacen el romance artístico entre la cultura y el pueblo.

El Festival Internacional Tamaulipas FIT 2015, comparte con México y el mundo, la oportunidad de encuentro con las manifestaciones más sublimes del espíritu transformadas en arte y folklor. 1 mil 700 artistas en escena y Argentina como país invitado.

Tamaulipas, hermanado a Chiapas en esta anfitrionía para hacer el deleite democráticamente de la cultura, al alcance de todos.

Del 24 de septiembre al 4 de octubre; las artes plásticas, la literatura, el baile, el danzón, el ballet, las comedias de teatro, la música, tendrán como punto de encuentro, las 43 ciudades apostadas en toda la geografía tamaulipeca. Y como un todo, seremos unidos por la cultura.

¡Que suba el telón!

LO CLAROSCURO. Ahora, los ‘asegunes’ de la vida cotidiana.

Sí. Prometieron algunas muchas cosas, en las que se impulsaría la economía y el cambio situacional —para atraer capitales— que dieran la pauta a la generación de empleos.

También es verdad; se hicieron los clausulados de los cambios, atenidos a las buenas intenciones de todos los implicados.

Pero ha pasado, que quizá a esas buenas intenciones, no les viene cómodo que existan cambios… nomás por que sí.

Expliquémonos.

Un preclaro ejemplo, es la condicionante partidista que se impuso entre todos los actores políticos del país. De acuerdo a la reforma constitucional que da vida a los institutos políticos, se suponía que de no alcanzar el 3% de la votación, cualquiera de los partidos formalizados… se va. Punto.

Y apegado a esto, se sobreentiende que franquicias como el ‘Humanista’, no hizo ‘huesos viejos’ en el cobro de participaciones federales. De igual manera, el PT o Partido del Trabajo. Quien surgiría con la figura de la guapa dama contendiente a la presidencia, Cecilia Soto.

El caso es que ya no tiene registro… pero todavía cobra. Es donde las buenas intenciones no bastan.

Otro ‘pequeño ejemplo’. La reforma laboral. Contiene en sus nuevos apartados, que el máximo tiempo contemplado para la ejecución de un juicio —o laudo, en su terminología— es no mayor a un año.

Sólo durante ese tiempo, el juez deberá considerar salarios caídos; contra los acumulados por años en las viejas prácticas paternalistas que hundían al empleador.

Pero…

Son buenas intenciones, que catapultan a las iniciativas emprendedoras de generar empleos. Sólo que para aterrizarlas…

Un actuario —o notificador— debe presentar al ‘indiciado’ en persona, su obligación de apersonarse a juicio. Este mismo notificador, tiene la tutela de presentar los números que avalen la demanda en pesos y centavos. Es decir, los bienes que hubiera señalado para que prosiga el juicio.

Y entre esas facultades, pasa un tiempo por demás grande, para que el juez le emita el papel para notificar y otro tiempo aun mayor para que encuentre a los notificados el ‘pobre’ tipo. Aquí, en estos pequeños procedimientos, ya llevamos de menos… 6 meses.

¿Y el laudo? Ya notificados y evaluado el caso, el juez dictará sentencia. Entonces y sólo entonces, corre el tiempo del plazo de un año para dictar sentencia. ¿Resultado? Seamos conservadores… dos añitos, pagando.
Las cámaras empresariales pegan gritos en el cielo, pues las salas de juicios laborales —o juntas laborales— empiezan a presentar rezagos y de nuevo, a los vicios aunados a éstos.

COLOFÓN. Buenas las intenciones, malas aún las prácticas. ¿Serán las únicas? ¡Ya ni escarbarle!

Por eso dicen que el camino al infierno, está lleno de buenas intenciones. El que va al cielo, sólo de buenas obras.

alejandrodeanda@hotmail.com
@deandaalejandro

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