Este miércoles el presidente Enrique Peña Nieto rindió su tercer informe de gobierno. Con ello, tenemos un panorama completo de la situación que guarda la administración pública federal, los logros y lo que falta por hacer. Así, además de tener claro en dónde estamos, sabemos hacia dónde se dirigen las acciones de gobierno.
Esta rendición de cuentas de parte del presidente tiene también el mérito de la autocrítica pues acepta las dificultades por las que ha atravesado el país en el último año y habla de las complicaciones en el escenario internacional, que conjugadas han provocado descontento ciudadano.
Por más que varios quieran plantear un escenario completamente desfavorable para el país, las distintas mediciones desmienten estas falsas concepciones. Si bien no todo está ganado, porque eso no sería real para ningún gobierno, hay muchos avances en diferentes frentes.
No olvidemos que la OCDE nos ha colocado como el país más reformador del grupo de países que conforman a la Organización en los últimos dos años. Las 13 reformas estructurales que aprobamos en estos tres años nos han dado un margen amplio de acción para avanzar hacia un mayor crecimiento económico y mejores niveles de vida. Aunado a estas reformas, modificamos 51 artículos constitucionales y muchas otras leyes que hoy dan un piso más parejo a la sociedad.
El informe presentado nos da, como los dos años anteriores, el estado de la administración pública dividido en cinco ejes que son el pilar del actual gobierno: 1) México en paz; 2) México incluyente; 3) México con educación de calidad para todos; 4) México próspero; y 5) México como actor con responsabilidad global.
En este espacio sólo me referiré a los avances en el eje México en paz. El complejo escenario de violencia e impunidad que recibió la actual administración demandó desde el primer día emprender acciones que dieran a los ciudadanos mayor seguridad y tranquilidad de que los delincuentes serían sometidos.
A tres años de poner en marcha acciones para mejorar nuestras instituciones y tener una mejor cooperación entre los diferentes órdenes de gobierno, con mejores estrategias y sistemas de inteligencia, se han logrado disminuir la tasa de homicidios, los delitos de alto impacto y el número de secuestros.
El Estado mexicano ha hecho un gran esfuerzo por ofrecer mejores condiciones de seguridad, lo cual ha llevado a la captura de 92 delincuentes altamente peligrosos. Asimismo, se han empleado todos los recursos para desarticular sus estructuras operativas y capacidades financieras.
Para cumplir con las múltiples tareas en esta materia se han creado nuevas áreas especializadas de seguridad y procuración de justicia como la Agencia de Investigación Criminal y la Gendarmería. También, se está haciendo un gran esfuerzo para lograr la transformación del Sistema de Justicia Penal y para que los derechos humanos estén debidamente protegidos.
Hay muchos cambios por hacer, pero la ruta que se ha seguido es la correcta ya que los resultados y las cifras están a la vista de todos. Los próximos tres años traerán todavía más esfuerzos en la materia.




