En Zacatecas, el PRI anda medio enredado porque hay tres aspirantes a la gubernatura para el 2016, según indican en la columna Bajo Reserva de El Universal. Si allá así andan las cosas, ¿cómo estarán en Tamaulipas, donde esa cifra de apuntados es por lo menos tres veces más grande?
Cómo le irán hacer para calmar ánimos, evitar rupturas, enojos, traspiés, patadas bajo la mesa y sobre ella. Como que el panorama está más que enredado, aunque habrá quien diga que qué importa, al final siempre sale uno o una, que sería una sorpresa si fuese mujer la elegida, que logre conjuntar a todos para llegar al triunfo.
Será que esta entidad y sus ciudadanos permanecerán de nueva cuenta cruzados de brazos y dejarán que les impongan a quien gobierne en el siguiente sexenio. Es bien sabido que aquí no hay mucha participación ciudadana, es más, no hay participación ciudadana que logre por lo menos que haya candidatos a la altura de las circunstancias.
En Tamaulipas la constante ha sido la imposición, con y sin campaña gana el candidato del PRI, se sienta seis años en la silla, deja el estado cada vez peor que su antecesor y, como diría Senén Eros Ortiz Viveros, periodista veracruzano radicado en Nuevo Laredo, “aquí no pasa nada”.
¿Se repetirá esa frase que como letanía la ha repetido Senén durante años y años en sus intervenciones radiofónicas?
Si en Zacatecas ya comienza la labor de restañar heridas antes que aparezcan, no dude que aquí en breve veremos al dirigente nacional del PRI haciendo la misma labor.
Ya casi termina septiembre, el calendario electoral avanza inexorable, los apuntados y apuntadas siguen firmes, pero lástima, son muchas y muchos tiradores y solo hay un puesto disponible.
Les aseguro que la rebatinga estará de antología.
FAROL DE LA CALLE
El gobierno mexicano ha anunciado el apoyo a migrantes sirios que podrían llegar aquí en calidad de asilados, esa postura aunque loable, expone lo dado que somos a proteger lo que nos queda lejos y evitar mirar lo que nos queda cerca.
Así lo manifiesta la religiosa, Sor María Nidelvia Ávila Basulto, quien dirige la Casa del Migrante Reynosa Guadalupe, en esa ciudad fronteriza.
En una entrevista con el periódico Hora Cero, manifiesta que para ayudar a migrantes no es necesario irse a Siria, si a diario en México, tenemos nuestra propia Siria, donde cruzan miles de personas provenientes de otros países e incluso de otros estados del país que buscan irse a Estados Unidos en condiciones terribles.
“Todos los que atraviesan la república están batallando para llegar hasta el norte, sufren hambre, frío, maltratos”, indica al señalar que pocos son los ciudadanos y ciudadanas que se interesan en ayudar a otras personas que carecen de todo.
Las acciones en la frontera sur, aunadas a lo que ocurre en el tránsito hacia Estados Unidos y en la frontera norte donde los migrantes son objeto de injusticias, es indicativo de que la situación está muy complicada.
El despliegue de vigilancia por parte del gobierno mexicano en Tamaulipas, por ejemplo, nos muestra cada día que cientos de personas indocumentadas que son localizadas en ciudades tamaulipecas por los operativos.
En la mayoría de esas ocasiones son secuestrados por delincuentes, y a pesar de las acciones el tráfico de indocumentados no ha sido frenado por la Secretaría de gobernación a través del Instituto de Migración.
El planteamiento de la religiosa es una prueba de que en el plano migratorio, México y Tamaulipas tienen mucho por hacer, por lo que bien convendría dejar de ser “farol de la calle y oscuridad de su casa”.
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