Los trabajos del 14 congreso nacional del PRD fueron aprovechados por las bases militantes para plantear como una opción indispensable destinada a salvar al partido de los riesgos que lo tienen al borde de la inopia que podría resumirse en aquel el viejo dicho popular que sentencia “renovarse o morir”.
Lamentablemente, parece que los vicios y descomposición que aquejan al partido se encuentran tan avanzados y son ya tan profundos que la propia renovación podría empujar a la aún principal agrupación de izquierda de México al debilitamiento y su deceso.
La rechifla con la que los delegados que asistieron al cónclave recibieron a los dirigentes y gobernadores puso de relieve el descrédito que estos tienen entre los propios compañeros y que los acuerdos que se toman durante este tipo de reuniones no tienen por objeto resolver la problemática interna, sino únicamente garantizar los intereses de los grupos, tribus y facciones.
El jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y el coordinador de los senadores, Miguel Barbosa, se salvaron del abucheo y el repudio, pero porque no asistieron al evento.
Los perredistas saben mejor que nadie que la posición de presidente de la mesa directiva otorgada al ex dirigente nacional, Jesús Zambrano Grijalva, que se llevó una de las peores partes de la rechifla, no es producto del peso y la fuerza política que representa el Partido de la Revolución Democrática, como debiera ser, sino que es un premio a la ayuda que el diputado federal ha proporcionado al gobierno y al partido en el poder, el PRI.
No obstante, para tratar de componer las cosas y evitar la debacle total del instituto político, aprobaron modificaciones interesantes, al menos teóricamente, como permitir a militantes de nuevo ingreso disputar la presidencia nacional y la sustitución de los mandos estatales subordinados a los gobiernos, como sucede en el de Tamaulipas y otras entidades del país.
Y es que no se sabe si, fundada o infundadamente, pero, para la gran mayoría de los ciudadanos tamaulipecos, el Partido del Sol Azteca es un aliado encubierto del tricolor que a menudo es utilizado por este para golpear a los opositores, aliarse con otras fuerzas, postular candidatos propios de arrastre o de bajo perfil para restar o atomizar votos, ayudar a los priistas o perjudicar al PAN, según convenga o disponga la estrategia en cada caso.
En los procesos electorales locales de Tampico y Madero del 2013, por ejemplo, el partido amarillo designó, en el primer caso al desconocido Edy Segura García, y en el segundo a Joaquín Hernández Correa, pero no para pelear los cargos sino sólo para evitar que las votaciones se polarizaran entre el PRI y el PAN que habrían dificultado más el triunfo del ex partido oficial.
En la disputa de la gubernatura del 2016, en cambio, buscarán una eventual alianza con Acción Nacional, no se sabe si para sobrevivir o para sacar de la competencia al senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, aparentemente el aspirante más complicado de los priistas, y favorecer al más a modo, el alcalde de Nuevo Laredo, Carlos Enrique Cantú Rosas Villarreal.
Este último, por cierto, se reunió ayer con empresarios de Tampico y ciudad Madero, dizque para incentivar las inversiones y el comercio exterior en el municipio que gobierna y al mismo tiempo, claro está, reducir la ventaja que, a decir de las encuestas, le saca el legislador en la carrera por la candidatura de gobernador.
Molestó a los cabecistas, sin embargo, que los dirigentes Sergio Meza López y Oscar Morado Gámez, hayan acompañado al munícipe de la frontera, ya que faltan al principio de imparcialidad que les impone el cargo partidista.
¿Cuáles serían el motivo y el tema del diálogo que la diputada Paloma Guillén Vicente y el alcalde de la capital del Estado, Alejandro Etienne Llano, sostuvieron la semana pasada en ciudad Victoria? Si alguien lo sabe, que nos la pase al costo para comentarla, si no, se la dejamos de tarea.
La legisladora tampiqueña, por cierto, ha sido propuesta para presidir la comisión legislativa de Gobernación, Turismo y Fondo Metropolitano, que habrá de definirse el próximo 30 de septiembre. Los presidentes esperan que, con la ayuda de la ex subsecretaria de gobernación, los municipios del área metropolitana del sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz logran obtener los recursos económicos del fideicomiso metropolitano que ya tienen varios años sin conseguir.
Mientras tanto, el administrador de los panteones municipales de Tampico, Ricardo Garza Narváez, no desaprovecha tiempo para fortalecer el proyecto político de candidato del PRI a diputado. El colaborador del alcalde Gustavo Torres Salinas ha recibido el respaldo a de empresarios y recientemente se reunió con estudiantes universitarios para exponerles sus pretensiones políticas.