CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El silbido de el tren de Tamatán volvió a escucharse ayer, su campana llamaba a los pasajeros para hacer un viaje al pasado.
A partir de ayer el tren de Tamatán que recorrió las pequeñas vías del ferrocarril al interior del Parque Tamatán desde 1975 quedó en exhibición. Es un monumento a los días en familia, a la alegría de generaciones y la memoria victorense.
Don Miguel García Maldonado, fue el segundo maquinista de este tren, ahora se dedica a cuidar los animales el sector de Asia en el zoológico. Ayer se sentía contento al ver de nuevo su tren y aún se siente feliz cuando los adultos que le recuerdan le llaman: “el señor del trenecito”.
“Yo empecé a trabajar en 1975, vine a dejarle lonche a mi abuelito que también trabajaba aquí. Él le dijo a un ingeniero: ‘mire este es el muchacho que le digo que puede trabajar’. Y me pusieron con el trenecito, llegué un domingo y al otro día 5 de mayo comencé a trabajar. El parque tiene 70 años y yo entré a trabajar en 1975. Yo fui el segundo maquinista, el primero fue don Malaquías Villela Leíja, él era mi jefe y ambos trabajábamos con el tren, pero él se nos adelantó”.
Anécdotas alrededor de este tren hay mucha… unas buenas y otras malas. Pero ahora se recuerda sólo aquello que generó sonrisas.
“A la gente le gustaba tanto andar en el trenecito que con el tiempo las vías se hacían lisas y como que patinaban, entonces el tren se atoraba y la gente gritaba: “puche, puche” y todos se bajan para darle un aventón al tren y volvía a funcionar”.
Por muchos años Ferrocarriles Nacionales apoyó en el mantenimiento de las vías del pequeño tren, pero al desaparecer, fueron los propios trabajadores los que se encaminaron al monte en busca de madera para reparar las vías.
“Había muchas fiestas infantiles, niños de las escuelas y alegría. Yo me siento muy contento, por encontrar gente que aún me recuerde y porque es el sentido de mi vida. Trabajar para los niños”, dice Miguel García Maldonado.
Vicente Mongrell, director del Zoológico y Parque Recreativo Tamatán, expresó: “Surge la idea de rescatarlo, porque lo encontramos abandonado y más que nada fue la oportunidad de verlo y rescatar los recuerdos de la gente. Nos preguntaban mucho ¿dónde estaba el trenecito de Tamatán?, y ahora podemos entregarlo. Aquí está el trenecito y pueden compartirlo. Estamos retrasmitiendo a nuestros hijos los momentos agradables que pasamos”.
A setenta años de distancia, el Parque de Tamatán continúa generando días felices en las familias tamaulipecas.