Decidido a alborotar la gallera política del estado, el delegado del PRI, Víctor Manuel Díaz Palacios, ayer recetó otra declaración que dará de qué hablar durante toda la semana.
Provocador, el poblano sentenció que si su partido repite los resultados de la elección de junio, por más que hayan ganado los “ocho de ocho”, no será suficiente para ganar la gubernatura.
Cierto o no, el mensaje para los de su partido es claro: no están permitidos los excesos de confianza. Parece que al delegado le quedó claro lo que muchos señalaron en las postrimerías del 7 de junio. El éxito priísta en los ocho distritos de Tamaulipas se dio, sí por una atinada estrategia tricolor, pero también se combinaron con muchos yerros de la oposición que no necesariamente se repetirán en el 2016.
Algo habrá detectado en el ambiente que priva al interior del PRI estatal. Exceso de confianza o falta de trabajo. Cualquiera haya sido la causa de sus palabras, Díaz Palacios, colmilludo estratega, seguramente calculó su efecto.
Sabe que a algunos no les caerá bien el tono de su declaración, pero a todos llegará el mensaje enviado desde el CEN Nacional, la verdadera competencia no debe ser hacia el interior sino con la oposición, si no se toman en serio la batalla del próximo año, pueden sufrir una derrota histórica.
“Beltrones vendrá por el triunfo, vamos sin fobias, sin afectos ni desafectos, vamos por el resultado. Quien nos garantice el resultado que sea, el momento y la circunstancia exige al mejor», soltó en la entrevista concedida el día de ayer, y remachó: “que sea factor de unidad en todas y cada una de las corrientes que tiene mi partido en Tamaulipas, ese será el candidato”.
¿Quién de los ocho aspirantes garantiza que los demás acepten su designación y no solo eso, sino que se sumen a la campaña en su favor?
Seguramente hay muchos dispuestos a levantarle la mano a quien resulte favorecido por la decisión final, pero también hay una minoría que difícilmente aceptará una designación en la que no estén incluidos.
Y un choque de trenes, el delegado lo sabe bien, sería catastrófico para un PRI que enfrenta una elección inédita.
Otro general entra al quite
Aunque él lo había negado, ayer se confirmó que Arturo Gutiérrez García dejó de ser el Secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas; entra para cerrar el sexenio, otro general: Jesús Martínez y Martínez, quien a su favor tiene una experiencia de varios años trabajando en diferentes regiones de la entidad.
Por esa misma razón debe estar consciente del reto que enfrenta: los avances en materia de seguridad pueden desplomarse en un instante si se relaja la estrategia.
En cuanto a Gutiérrez García, ayer algunos portales noticiosos de San Luis Potosí publicaron la posibilidad casi certeza de que asuma la secretaría de seguridad en aquella entidad, con la nueva administración estatal.
