“La honestidad es, en su mayor parte, menos rentable que la deshonestidad” Platón.
LO CLARO. La participación activa de las universidades, con el entorno social, permite que la sociedad conozca, disfrute, se sienta parte de la escuela formadora de profesionistas, de su entidad.
Es una premisa obligatoria, el que las actividades académicas, de investigación, deportivas y de cultura, sean expuestas por los alumnos a favor de su comunidad.
Tal es el objeto social de la Universidad Autónoma de Tamaulipas; que con un acierto, llevan a cabo sendas presentaciones artísticas de la orquesta sinfónica de la UAT Tampico, en lugares públicos.
Donde hacen el deleite de los presentes. En escenarios ad-hoc (como el turístico paseo de la Cortadura) o en colonias y barrios; la agrupación musical de la institución académica ha compartido sus notas a las que el público, literalmente se entrega.
El arte es democráticamente deleitado, gracias al talento de la OSUAT, en su edición musical en espacios abiertos, de la temporada otoño-invierno.
LO OSCURO. Un motivador colombiano-japonés, hace una semblanza sobre la diferenciación que existe entre la honestidad y la integridad.
Donde la primera –refiere el líder de la palabra- representa lo que hacemos en público. Que ‘a ojos vistos’, hacemos alarde y ejemplo de conductas apropiadas; pero el interior de la persona, esconde otra verdad.
El ejemplo que exponía, versaba sobre una persona honrada, que daba muestras de su postura, evitando tomar dineros ajenos; pero que en su intimidad, engañaba a su esposa con otra dama.
Era honesto… no íntegro.
El ejemplo nos evoca la memoria a un sinfín de similitudes de la vida diaria.
¿Recuerda la frase ‘honestidad valiente? El autor de ésta, mandaba mensajes de austeridad, abordando ‘carritos Tsuru’ y demostrando lo precario de sus ingresos.
Sus subordinados, dieron cuenta de la farsa.
Sólo su hijo, detentaba lujos propios de excéntricos magnates; sumados a aquél, los colaboradores como Bejarano, el propio Ebrard –su sucesor- junto a Horcasitas Manjarrez (ya lo exoneraron), evidenciaron que no es lo mismo honestidad… que dejar de vivir del presupuesto de la línea 12, del presupuesto de los permisos de taxis; del trolebús articulado, entre otros, que brindan los recursos suficientes para que el primero en la pirámide, pueda ‘derramar su honestidad’.
Lo que sigue, es un ‘banquete de cardenales’. Alfredo Campos Sancen, cura del Estado de Hidalgo; Gonzalo Galván Castillo, obispo de Autlán; Eduardo Córdova, representante de la Arquidiócesis potosina; Guillermo Gil, párroco de Soledad de Graciano Sánchez; Francisco Javier Castillo, párroco de Santa María del Río; Noé Trujillo y José de Jesús Cruz, de otro par de iglesias.
¿Qué con ellos? Todos. Curas pederastas. Olvidé mencionarle a Josef Wesolowski, que era solamente diplomático papal y nuncio apostólico en República Dominicana.
Que nos digan hoy, que la Volkswagen nos engañó con sus sistemas de verificación y no fueron del todo ‘íntegros’ en el producto ofertado, bajando en consecuencia su volumen de participación en el mercado en más del 30%…
¡Bah!
¡Nos mintieron en la emisión de contaminantes al aire! Esos alemanes, contaminan el aire con su des-integridad.
Pero al Vaticano, no le bajan las acciones. Mucho menos al ‘honejto’…
COLOFÓN. En lo personal, sólo tiemblo de pensar cuando, al final de la confesión, el cura pudiera susurrar “te espero al final de la misa…”
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