Tiene razón el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional en Tamaulipas: “No se avizoran cambios o ajustes en la estructura estatal o en las municipales”, señaló.
Lo que anunció su líder, Rafael González Benavides, está arropado en el sentido común.
En estos momentos, el PRI tamaulipeco camina en una sola vía, lo que parecía casi imposible o por lo menos improbable, tres meses atrás. Si el actual comité directivo estatal y sus jerarquías locales, como asienta un término coloquial, “están embalados”, parece improcedente meter con calzador supuestas genialidades de última hora y a presuntos magos coyunturales de escritorio o de academia, sin tiempo suficiente para probar con anticipación si funcionan o no en la antesala de la madre sexenal de las batallas electorales.
¿Significa lo anterior que el tricolor debe continuar exactamente igual?
Pues no. Por lo menos en la opinión de su servidor.
La búsqueda de la gubernatura y de las 43 alcaldías, además del control del Congreso Local, dista mucho de ser igual al proceso vivido para definir a los nuevos diputados federales.
A la luz de lo que se juega, en los llamados comicios locales las pasiones son mucho más encendidas, los intereses son mucho mayores y abundantes, las disputas por el poder llegan a extremos indeseables y por lo general, los consensos son tan difíciles de alcanzar como la cima del monte Everest.
Rafael González es un buen general para obtener triunfos sin sangre. Lo ha demostrado con creces. Pero en el proceso que está encima, el PRI necesita también un capitán de campo, curtido en la trinchera y acostumbrado al combate cuerpo a cuerpo. Ese, en mi súper modesta percepción, es el refuerzo que requiere ese partido.
Para bien del priísmo tamaulipeco, ojalá lo encuentren…
VIENTOS ENCONTRADOS
El parque eólico que se construye en el municipio de Llera, está siendo zarandeado, en forma paradójica, por vientos de fronda.
Sí, esos vientos que en una expresión popular significan que cuando soplan, existe un estado de rebeldía y agitación generalizada.
¿Por qué hacer referencia a esa frase?
A esta columna llegó el fin de semana pasado una protesta de un grupo de trabajadores de ese frente laboral, que anticipan una crisis si no es atendida por las empresas responsables de la obra.
A la letra, referiré un resumen del contenido de ese reclamo:
“Somos más de 500 trabajadores afectados, además de casi cien camioneros. El jueves de la semana pasada nadie se presentó a pagarnos y el director de la empresa Orbe de Monterrey, Arnoldo Armenta, ni siquiera nos contesta el teléfono. Tampoco le han pagado al dueño de más de 30 máquinas que están sacando el material. Por todo esto, declaramos un paro de actividades hasta que liquiden lo que nos deben”.
Lo anterior sucedió el jueves 24. Hasta ayer domingo, refieren los quejosos, la obra seguía paralizada por la falta de respuesta de la constructora mencionada, subcontratada por la titular de la obra, el consorcio español ABENGOA. Siempre de acuerdo a los denunciantes, una propuesta extraoficial de las empresas para pagar hasta el mes de octubre fue rechazada.
Ojalá resuelvan a la brevedad este problema. Como dice la voz popular, no se vale. No se vale que el esfuerzo desplegado por el Gobierno del Estado para impulsar el progreso de Tamaulipas –como también sucede en otras zonas del mismo– mediante la generación de energía limpia, sufra tropiezos por la aparente administración deficiente de los responsables particulares de ese magno plan de desarrollo.
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