WASHINGTON, EUA.- Unos 30 mil extranjeros han viajado a Irak y Siria para unirse a los yihadistas desde 2011 y Estados Unidos no logra detener a sus ciudadanos de enrolarse a ellos.
Así lo advirtió un informe elaborado por un grupo de trabajo del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
Según el documento, unos 250 estadounidenses se han unido o intentado unirse a grupos extremistas.
«El Gobierno estadounidense carece de una estrategia nacional para combatir los desplazamientos terroristas y no ha diseñado una en casi una década», cita el informe.
«El ritmo sin precedentes con el que los estadounidenses están siendo reclutados por extremistas violentos pone a prueba las capacidades de las autoridades federales para vigilar e interceptar a aquellos candidatos para viajar a un país en guerra», según el texto.
El documento describe una infraestructura de seguridad nacional mal equipada para hacer frente a las múltiples formas que tienen los yihadistas extranjeros para contactar y reclutar a los estadounidenses.
Al principio, los combatientes extranjeros viajaban a Siria para combatir a Bashar Al- Assad pero ahora la mayoría quiere unirse al autodenominado Estado Islámico (EI), con la voluntad de formar parte del «califato», según los parlamentarios.
El informe también critica las debilidades europeas en materia de vigilancia de los candidatos a formar parte de los yihadistas.
«Las fallas de seguridad persistentes en el extranjero hacen que los desplazamientos sean más fáciles», añade el informe.
Por lo cual resumen que aumentan la probabilidad de que los yihadistas que tengan un pasaporte europeo y hayan pasado por Irak o Siria logren entrar a Estados Unidos sin ser detectados.
Conforme al informe, al menos 4 mil 500 combatientes occidentales se han unido a los yihadistas.
