CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Un 30 por ciento de la comida sobrante, aún aprovechable, que se prepara en centros comerciales, de comida rápida y restaurantes, va a parar al basurero, por lo que no es utilizada y no existe un órgano que se encargue de darle un buen uso.
Diariamente los negocios generan toneladas de comida que se desecha, que podría ser donada a familias en extrema pobreza; se estima que anualmente en México son 20 mil toneladas las que se tiran a la basura, reveló el Banco de Alimentos.
Tiendas como Sam’s Club, Wal Mart, Chedraui, Soriana, GranD, HEB, entre otras, realizan donaciones al Banco de Alimentos, principalmente frutas en buen estado, lácteos, verduras, y algunos enlatados, pero en cuanto a alimentos perecederos, como preparados, todos ellos van a dar al basurero municipal.
La mayoría de esas empresas manejan un porcentaje de comida en buen estado, tirada a la basura, hasta un 30 por ciento, que podría ser aprovechable, pero aún no existe un órgano que se encargue de su colecta, administración y distribución.
«Esta comida podría ser aprovechada y ser donada a personas necesitadas, siempre y cuando se constate su calidad», dijo en entrevista el director del Banco de Alimentos local, Jorge Salinas Treviño.
De acuerdo a la última evaluación del INEGI, la pobreza extrema se incrementó de 8 mil 500 a 15 mil ciudadanos, debido a que tienen problemas por falta de empleo, sufren hambre, por lo que están recurriendo al Banco de Alimentos.
«Sería una excelente oportunidad debido a que muchos restaurantes tiran alimentos aún consumibles que pueden ser aprovechados. Algunas empresas las reparten a sus empleados y eso sirve a la familias trabajadoras», agregó.
Explicó que actualmente, estos productos no se reciben como donación en el Banco de Alimentos, pues se cometería una violación a una regla básica, como proteger la salud, y así se evitaría poner en posible riesgo a los beneficiarios del programa, pues estos alimentos, sin ciertos tratos, se echan a perder con facilidad. Necesitan estar bajo
refrigeración.
«Sí, sí recibimos alimentos perecederos, pero se trata de fruta, verdura y enlatados, pero antes de entregarse, se revisan exhaustivamente, y se separan los que están en óptimas condiciones para el consumo humano. El resto, son alimentos no perecederos».
Entrevistados, personal de cocina de las varias empresas comerciales, como GranD, Wal Mart, Soriana, Sam’s Fundation, HEB, aseguran que tienen un programa de control con el cual se trata de no desperdiciar comida, y la sobrante, la regalan a empleados, pero siempre dependiendo del día, existe un porcentaje que se tira a la basura.
Pedro, empleado de Wal Mart, aseguró que existe comida preparada que termina en la basura, pues no puede volver a poner en oferta al comprador por lo que le parece una buena idea que se done a familias necesitadas.
«Yo estimo que fácilmente hablamos de un 5 por ciento de producción de hamburguesas, comidas, pollo rostizado, etc, y dependiendo del día; porque en quincena se consume más», dijo.
Y bajo estos parámetros, Sam’s también desperdicia en días de pago hasta un 5 por ciento, aunque con algunas medidas han logrado reducir la cifra hasta en un 1 por ciento.
En la tienda GranD, diariamente se tira el 8 por ciento de la comida que se elabora para vender, revelaron cocineros.
En Victoria existen alrededor de 500 restaurantes que cuando no venden su alimento lo reparten entre sus empleados, como ocurre con el Restaurant «El Granero», «La Tía», «Café Cantón» y muchos más.
Pero existen otros que producen mucho, y terminan desechando kilos y más kilos de comida en buen estado, a la basura, y que a la fecha no han tenido ningún acercamiento o propuesta de alguna organización para aprovechar esta comida, y enviarla a las familias que sufren pobreza extrema.
Por su parte, el Banco de Alimentos, vía el doctor Jorge Salinas Treviño, aseguró que no pueden recibir donaciones de alimentos perecederos, porque entran en juego cuestiones sanitarias, que obligarían a las instituciones de salud a implementar medidas que consumirían tiempo para constatar que estos alimentos sobrantes estén en buenas condiciones.
«Sería algo muy aprovechable, muchas familias se beneficiarían, pero son cuestiones delicadas que tienen que tratarse con mucho cuidado, porque es la salud la que está de por medio».
En cuanto a la cantidad de comida desechada que podría ir a parar a la basura, dijo no imaginarlo; pero podría tratarse de por lo menos, media tonelada diaria.




