21 diciembre, 2025

21 diciembre, 2025

Crónica urbana

La levitación del Salario Mínimo

Crónica Urbana

El salario es como la sal, se distribuye salada en todas las mesas de los pobres y de los ricos. Más en los pobres que la destilan por la piel creando maparios y caminos fantasmales por el hambre y la sed. La homologación de los salarios mínimos en el país ha convertido en magos, prestidigitadores, jugadores de la ruleta rusa a los trabajadores.

Con este salario en tiempos de inflación las masas levitan como alma sin pena en las fábricas, en la burocracia, en los micros como si fueran fantasmas sin sonrisa y la mirada alicaída.

El salario mínimo es la transformación de la fuerza de trabajo en un canto de las sirenas donde los obreros y empleados de todos los ramos pronto se convertirán en marranos al seguir el canto de las sirenas.

El salario mínimo es el mínimo de mínimos para subsistir empachados de tortillas y de frijoles, empotrados en un micro sin regreso y con la panza reluciente como si hubiera lavado con Fab o si hubiera cuajado como gelatina Pronto que no requiere refrigeración.

Hemos entrado a la inflación en la etapa de la levitación junto con el peso.

Flotando con náuseas, añorando los viejos tiempos de la gasolina de a peso el litro.

Los trabajadores mexicanos, aún los gordinflos y gordinflas, pronto perderán peso por dólar y su dolor saldrá por las noches como la llorona loca con el ‘ay, mis hijos’. Sí sus hijos porque también se van con la panza vacía a la escuela y al trabajo.

Con estos salarios mínimos los mexicanos empezarán a contemplar los grandes manjares por televisión. Observarán las comidas desde los aparadores, mirarán a los de mayores ingresos como se endilgan las patas de rana, el bistek del siete, y el pato a la naranja dulce limón partido dame un taquito que yo te pido si fuera dulce tu juramento ay presidente yo ya me voy.

El salario levita. Los pobres obreros y empleados, la fuerza de trabajo levita soñando en que todo esto es sólo un sueño y que pronto seremos ricos con el petróleo.

Levitando en los discursos, levitando en los hechos, soñando sin soñar. Con el primero levito y luego sueño con hambre.

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS