Baltazar Hinojosa está robando cámara en los horarios estelares de la televisión nacional, cómo no hacerlo si es el presidente de la Comisión de Presupuesto, misma que ayer instaló, pero seguro que al también serio aspirante a la gubernatura de Tamaulipas le gustaría cambiar sus apariciones con López Dóriga o Alatorre o notas en Reforma o EL UNIVERSAL por espacios en Laura y La Rosa de Guadalupe.
Así es mis queridos boes, no lo digo yo, lo han dicho decenas de estudios que revelan que la gran masa no lee lo suficiente, no ve noticieros porque poco le interesa y eso para las aspiraciones de Balta no es muy motivante.
Y es que el diputado federal estrella de Tamaulipas, por la comisión que preside, quisiera también estar con el populacho y la enorme responsabilidad que tocó le impedirá
estar no sólo con la estructura tricolor cueruda lo suficiente, sino que prácticamente le imposibilita para bajar hasta las bases, los colonos, los chavos, las mujeres.
Eso sí, conforme se acerque la decisión para designar candidato, el nombre de Baltazar sonará más fuerte de lo que habría sido si no le hubieran nombrado presidente de la comisión de Presupuesto, porque hasta antes de ello la versión que mandaba en torno a él en Tamaulipas era de que lo habían ‘echado’ de acá y que se había tenido que refugiar en el D.F porque simplemente no era bien visto por el poder local.
Todos tenemos que tener bien claro que venga o no a Tamaulipas con la regularidad que sus aspiraciones le demandan, Baltazar está ya ubicado en la gran final de la designación.
El método del PRI lo permite y no me refiero al que será publicado por ahí del 20 de diciembre más o menos, porque en el tricolor una cosa es lo que dicen los documentos y otra puede ser la que decidan los que mandan, en este caso Enrique Peña Nieto y Egidio Torre Cantú.
Lo más seguro es que los priistas sean instruidos para elegir a su candidato por la vía de la convención de delegados y entonces llegarán allá por el 15 o 20 de enero con el nombre del que los que mandan hayan decidido.
Creo que al final estarán dos o tres. Ayer un grupo de colegas me preguntaba quién sería el bueno, obvio que la cuestión para un simple reportero es imposible de responder con certeza, pero creo que no me aventuré a decir que si bien no sé quién va a ser el elegido, si hay señales de los que parecen haber comenzado a preparar su bajada de la contienda.
No veo a Paloma Guillén trabajando por una candidatura, es más, creo que sólo se le nombra cuando le preguntan directamente y responde del tema, pero insisto, ni siquiera en la zona sur se le ve activismo en ese sentido.
Ojo y no quiero decir que se fue de Tampico, porque no es así, el fin de semana anduvo en la jornada del PRI, pero no veo a su alrededor una estructura buscando una candidatura por ningún lado de Tamaulipas.
Edgar Melhem parece haber abandonado igual el tema, de hecho desde antes sus cercanos comentaban que él creía que no era su momento. Igual que Miguel González Salum que hasta de los medios se ausentó.
Marco Antonio Bernal va cuesta arriba, ya está de planta en Tamaulipas, muchos esperábamos que del D.F su amigo Manlio Fabio Beltrones le hiciera una oferta que le atrajera reflectores en el PRI nacional, pero no ha ocurrido.
Él mientras tanto, recorre con un equipo profesional de operadores fuereños la entidad haciendo reuniones en pequeño con los grupos de líderes sociales, empresarios y medios, pero considero que su falta de experiencia en las urnas como candidato le va a pegar a la hora de la decisión.
Por el contrario, pienso que junto con Balta en la gran final ya está colocado también Alejandro Guevara Cobos, que lejos de bajar la guardia ahora que asumió su tercera diputación federal, anda por todos lados y en todas las redes con videos, posts y panorámicos en una campaña abierta.
Veo por otro lado a los locales Alejandro Etienne Llano que no desiste a pesar de los ataques de sus propios compañeros del PRI y que el martes estuvo muy apapachado por el gobernador bajo el pretexto del aniversario de nuestra bella Ciudad Victoria y a Enrique Cárdenas del Avellano a quien la sufre el cambio en la parcela estatal donde pasó del amigo incómodo al plan B, casi A.
Uno de los dos locales va a llegar a la gran final con los dos del centro que ya están instalados. Ahora a esperar a que los grandes electores, dos: Peña y Torre estiren y aflojen, negocien y veten, para ver quién de los cuatro sobrevive a sus filtros.
Importará claro, su posición en las encuestas, dos; una que debe estar por levantarse, y otra allá por noviembre, sus positivos y sobre todo sus negativos, la imagen ante los medios y sus relaciones con el pasado que cada que aparece cimbra a los tricolores de Tamaulipas.
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