RÍO DE JANEIRO, Brasi.- La Mandataria brasileña siente cerca la sombra del juicio político.
Con una impopularidad récord y un escándalo de corrupción al acecho, Dilma Rousseff afirmó que su país vive un golpe democrático «a la paraguaya».
Lo anterior, en alusión a la destitución en 2012 del entonces Mandatario Fernando Lugo.
Según el diario Folha de São Paulo, los comentario se hicieron durante una reunión con sus Ministros el jueves en Brasilia, antes de emprender un viaje a Colombia, donde ayer realizó una visita de Estado.
En varias intervenciones públicas en las últimas semanas, la propia Rousseff ha calificado como una versión moderna del golpe los intentos de la Oposición de usar la crisis en Brasil para llegar al poder.
Sin embargo, no se había equiparado a la controvertida destitución de Lugo.
El ex Mandatario paraguayo fue destituido en un juicio Parlamentario, contemplado en la Constitución de ese país, por mal desempeño de sus funciones.
Sorprendida por los supuestos dichos de Rousseff, la Cancillería paraguaya llamó ayer al Embajador de Brasil para que aclare la veracidad de las mismas.
El comunicado emitido por el Ministerio agregó el juicio político a Lugo en el Senado obró dentro del marco jurídico constitucional del país, y que el Estado de Derecho y sus instituciones son vigentes y sólidas.
Pero el huracán más grande para Rousseff sigue estando al interior de Brasil
El Congreso brasileño inició ayer el trámite de los balances fiscales de 2014, cuya reprobación fue recomendada en la semana por el Tribunal de Cuentas, por supuestamente cometer una serie de irregularidades para maquillar en 28 mil 200 millones de dólares el resultado del presupuesto.
Dicho delito podría suponer un argumento legal para apoyar los pedidos de destitución de Rousseff.