22 diciembre, 2025

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Ocultan violencia tras la clase social

Afirman autoridades de justicia que son decenas de casos en que el estatus socioeconómico alto, se convierte en un impedimento para que la mujer -de todas las edades- denuncie; tampoco lo hacen cuando son profesionistas destacadas

EL MANTE, Tamaulipas.- Alicia es la viva prueba de la violencia que se oculta detrás de unas paredes.

Esas agresiones que dejan huella pero que no se muestran.

Madre de dos adolescentes y con una vida resuelta, resume su paso por el espinoso camino del maltrato sicológico y físico proveniente de un hombre -su pareja- en un motivo: «Aguantas por bruta».
Afirma que la mujer como receptora de violencia, realmente vive encerrada en la situación, porque a pesar de todo «no lo va a andar gritando a los cuatro vientos».

asegura que al igual que ella, muchas mujeres minimizan y toleran el maltrato, hasta que este se vuelve insoportable y más allá de sus primeras respuestas, abunda en las causas.

«Es estar acostumbrada a la persona, es vivir en la comodidad, sexualmente también siempre hay una liga, es falta de afecto, es decir ya tengo a esta persona y no voy a andar cambiando de pareja a cada rato, son muchas cosas, pero finalmente si te digo una razón es por bruta, porqué más, no hay otra razón, es eso», afirma sin temor a equivocarse.

Este caso, encontrado entre montones de expedientes de alguna autoridad, son una muestra de lo que pasa a menudo: Mujeres pertenecientes a lo que se conoce como una clase social alta o que son profesionistas destacadas en diferentes ámbitos, ven estas dos situaciones como un obstáculo para denunciar el maltrato y la violencia que sufren.

La Agente del Ministerio Público de Protección a la Familia, Enrique Morales Portales, dijo que aunque en los últimos meses se han reducido las cifras de denuncia por maltrato en contra de la mujer, los casos de violencia persisten y al menos cinco de cada diez expedientes que inician es por este motivo.

Sin embargo, dijo que de acuerdo a la estadística existente, son mujeres de lo que la gente llama clase media o baja, las que se atreven a denunciar más los abusos cometidos por sus parejas, ya sea de forma física, verbal, sicológica y todos sus derivados.

Indicó que en mujeres que se consideran de estatus social alto por su situación económica o por el rol que desempeñan en la sociedad, es más difícil que denuncien el maltrato y viven entre la violencia incluso por décadas.

“La violencia que realmente se denuncia en este municipio viene de personas como el grueso de la población, que son de la zona rural, de gente que todos los días sale a trabajar, porque el resto de las personas quienes viven en una situación económica privilegiada siempre se asesoran pero piensan en el qué dirán, en contra quién se van a enfrentar y si va a trascender o no”, dijo.

Explicó que hay casos que se han llevado dentro de la Agencia del Ministerio Público, de mujeres que reconocen haber callado la situación de violencia en que vivían incluso por décadas, a cambio de una situación económica cómoda, que permitiera a sus hijos tener casa, vestido y educación de calidad.

Y es que dijo, por parte de los hombres, existe cierto “revanchismo”, en el sentido de que lo primero que le retiran a una mujer que los denuncia por maltrato, es la seguridad económica.

“Incluso a veces la mujer a pesar de que también tiene con qué mantenerse o desempeña un rol dentro de su profesión, termina otorgando el perdón para que esta situación de violencia no trascienda, que no se sepa, porque sienten que les afecta ante los ojos de la sociedad o en el entorno en el que se desarrollan”, indicó.

Maltrato no respeta edades: IM

Por ser violentadas física y psicológicamente, el Instituto Municipal de la Mujer ha recibido casos en donde las mujeres mayores de 60 años son atacadas por sus propios hijos, situación que les impedía moralmente denunciar a las afectadas dichos acontecimientos, que ahora son investigados.

Dolores García Romero, directora del Instituto Municipal de la Mujer, dio a conocer que lamentablemente la violencia no respeta edad, consideró que son pocos los casos denunciados, pero considera que puede haber muchos más que se mantienen en el anonimato; «Las mujeres prefieren guardar silencio, para que no castiguen a sus familiares, porque finalmente la violencia la reciben de sus hijos, de sus nueras o de quienes habitan con ellos».

«Vemos con tristeza que la violencia es una agresión que no respeta edades, lo mismo es hacia niñas, mujeres jóvenes, mujeres adultas y ahora denunciada por mujeres de la tercera edad».

En ambos casos se buscó que la situación fuera denunciada para que entrara la Procuraduría del Menor, la Mujer y la Familia, finalmente se logró que ambas mujeres dijeran las agresiones que sufrían de parte de sus hijos, que ahora sin investigados.

«Nos enfocamos tradicionalmente a atender a mujeres jóvenes, sin percatarnos de que las mujeres adultas mayores tal vez por décadas han sido oprimidas por sus parejas y reciben esa misma agresión por parte de sus hijos, siendo esta la limitante para que de primera instancia no quieran denunciar».

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