Para el Comité Nacional del PRI, Tamaulipas es el que menos complicaciones tiene en su proceso de selección de candidato a la gubernatura. No así en Durango, Chihuahua, Zacatecas, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo y Veracruz, donde hay escenarios y conflictos internos complicados que están obligando a los protagonistas a firmar pactos y acuerdos de unidad para evitar fracturas. Y lo que es peor, en estas «entidades problema», los gobernadores en turno se han metido tanto en los procesos de selección que han provocado confrontaciones entre los grupos, cosa que en Tamaulipas no ha sucedido. Egidio Torre, en ese sentido, dicen los mismos aspirantes priistas, «nos ha autorizado movernos y no ha sido un obstáculo para nadie en nuestros eventos. Es de los pocos gobernadores que respeta a los aspirantes y las reglas».
Este escenario relajado en Tamaulipas, le permite el CEN priista tomar las cosas con calma y dejar hasta donde lo permitan los tiempos internos del PRI para decidir quién será el candidato a gobernador. Dicho de otra manera, el destape en Tamaulipas será entre el 15 y el 20 de enero, es decir: en 45 días. Primero saldrán los «estados problema», después donde no hay conflictos.
El diagnóstico y la opinión que se tiene del priismo tamaulipeco en el CEN y el primer círculo del poder como Los Pinos y la Secretaría de Gobernación es que la clase política local no se tira a matar y tampoco hay fracturas ni pleitos irreconciliables. Y ese se ve en este proceso, aunque hay ocho aspirantes (o ya menos, dicen), todos cohabitan y mantienen una sana convivencia. Hay diferencias sí, pero se impone la prudencia. Los pleitos y los ataques que llegan a verse y ventilarse públicamente las generan los colaboradores de ellos o la misma prensa las atiza; pero no hay sangre.
Los ataques a Baltazar, a Etienne, a Guevara, a Enrique, a Ramiro, a Bernal o a Paloma, no han pasado de ser memes que generan risa y morbo, pero no hacen daño. Los golpes y patadas debajo de la mesa, ocurren, pero no perjudican políticamente a nadie. Y una evidencia más de que la clase política priista en esta batalla por la candidatura, no se caza con ningún aspirante, es que todos van a todas y con todos. Prueba de ello se vio el sábado en el evento de Baltazar Hinojosa, donde todo el priismo victorense pasó lista de presente en la convocatoria del matamorense, pero apenas salieron de ahí, se fueron al festejo de Marco Bernal que organizó Sergio Guajardo en su rancho. Ahí estuvieron todos, como ocurre en todos los demás municipios cuando alguien los convoca.
Estos hechos demuestran dos cosas: a 45 días del destape no hay nada para nadie, y aunque las encuestas que se filtran y se exhiben hablen de delanteros, la realidad es que ni los aspirantes, ni en el CEN, ni en Los Pinos saben quién será el beneficiario del gran dedo tricolor.
LA EDAD LES FAVORECE
Al margen de lo que ocurra en enero con el destape priista, de los ocho que hoy levantaron la mano para luchar por la candidatura tricolor, hay unos, que si la decisión no les favorece y se mantienen
vigentes, serán grandes cartas del priismo en el 2022.
Alejandro Guevara, Edgardo Mehelem y Ramiro Ramos, son ahora las figuras jóvenes con más futuro. Los tres han construido un capital político envidiable que les garantiza desde seguir en posiciones de poder que influirán en el futuro. Si no son esta vez. Nadie los objetará dentro de seis años. Están en la lucha, nadie los descarta, pero si no son esta vez, cuidado con ellos en la próxima.
Los que no tienen mañana en la sucesión de Tamaulipas esta vez son: Enrique, Bernal, Etienne, Baltazar y Paloma. Si no son ahora, difícilmente tendrán vigencia y fuerza en el 2022. La edad, las circunstancias y los padrinos de cada uno de ellos, dentro de seis años probablemente ya no estarán.
