MATAMOROS, Tamaulipas.- El municipio de Matamoros carece de las condiciones para hacer frente a los diversas situaciones que se desprenden de las deportaciones masivas que ya inició el gobierno de Estados Unidos, ya que está imposibilitado de ofrecer servicios básicos como salud, empleo y vivienda, a los connacionales que han optado por establecerse en la ciudad mientras emprenden el viaje de regreso al país estadounidense o sus estados de origen.
Si bien las instancias como el Grupo Beta, el Instituto Nacional de Migración (INM) y el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM), cuentan con la capacidad para otorgar atención inmediata a los mexicanos expulsados que son entregados en el Puente Internacional Puerta México, su apoyo es limitado.
Si bien, los reciben en el referido cruce, los asisten en la documentación que requieren, los contactan con sus familiares y trasladan a la Central de Autobuses Lucio Blanco o a la Casa del Migrante, las dependencias no cuentan con alternativas para resolver los casos en que los deportados no tienen a dónde acudir, ni recursos para regresar al lugar donde radican sus familiares.
Las alertas en la frontera norte de Tamaulipas se han encendido tras conocerse que Estados Unidos ha intensificado las redadas en el estado de Texas, Georgia y Carolina del Norte, porque se estima que la cantidad de mexicanos que arriben a la región durante el 2016 tendrá un incremento significativo, lo cual representará una dura prueba para las autoridades de este país y las organizaciones civiles que se dedican a otorgar asistencia a migrantes.
Endurecen acciones
No había transcurrido ni una semana del presente año cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ya reportaba el arresto de 121 indocumentados en la entidad de Texas.
Aunque el operativo, en el que se aprehendió a familias completas, está enfocado principalmente a originarios de Centroamérica, el miedo se ha extendido entre los originarios mexicanos que radican en el estado extranjero que colinda con Tamaulipas.
Rápidamente los activistas sociales del Valle de Texas, y de otros puntos, emitieron recomendaciones a las familias para que extremaran precauciones y no cayeran en las acciones que encabeza la autoridad migratoria estadounidense.
La representante de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos en Brownsville, María del Rayo Treto, estima que una 3 mil personas saldrían de manera obligatoria de esa nación tras ser detenidas por los oficiales americanos.
“Es lo que más preocupados nos tiene porque al parecer Texas es uno de los estados que están en la lista de redadas, hay muchos cambios en materia de migración y con el apoyo del gobernador a las redadas es alta la posibilidad que deporten a mucha de nuestra gente”, dice en una entrevista a Expreso.
La activista recomendó a las familias bajo estas condiciones que han valer sus derechos, si no existe orden de cateo que no abran la puerta, mantenerse callado si es aprehendido y solicitar ayuda de un abogado.
El ICE ha informado por medio de sus portavoces que las redadas se mantendrán durante el año y que los ‘objetivos’ serán las personas que hayan agotado los recursos para mantenerse en suelo estadounidense.
Sin preparación
Ni las autoridades de los tres niveles de gobierno, ni la sociedad civil, están preparadas para recibir a los deportados en grandes cantidades, mucho menos para ofrecerles asistencia en su estancia temporal en la localidad a los que no cuentan con los recursos para retornar.
En entrevista para Expreso, el responsable de Diocesano de la Pastoral de Movilidad Humana, Padre Francisco Gallardo López, expone que la dinámica fronteriza con los repatriados es compleja y exige un esfuerzo que no se ha logrado concretar.
Comenta que desde el primer momento en que los connacionales son ‘arrancados’ del suelo estadounidense comienza el calvario para ellos, ya que de pronto están sembrados en una lugar que desconocen aunque es su país y que además les ofrece nulas oportunidades de desarrollo.
Gallardo López enuncia que de las decenas de personas expulsadas que llegan a la Central de Autobuses, la mayoría emprende el viaje hacia Estados Unidos o las entidades donde radicaban.
Sólo un pequeño porcentaje, que son los que no cuentan con recursos, se quedan pero en cada deportación masiva se suman otros, lo que la final alimenta el porcentaje de los que necesitan empleo, servicios de salud, educación, vivienda, para lo cual no hay programas suficientes.
“Se tendría que como sociedad civil, como iglesia, en conjunto con las instancias relacionada hacer un buen proyecto para poder atender con toda una gama de programas a los deportados que vengan, pero no estamos preparados”, asiente.
Externa que al momento del retorno de las decenas de connacionales, las dependencias se aprestan a auxiliarlas, pero en lo que corresponde al ‘después’, nada se hace y es cuando aparecen los deportados en condiciones de calle y sin empleo, entre otras circunstancias, lo que agrava la situación.
Establecidos en Matamoros
En algunos de los casos, los expulsados de Estados Unidos han logrado establecerse en el municipio de Matamoros, junto con otras personas en viviendas que registran diversas carencias y que les impiden su desarrollo.
El sacerdote pronuncia que en la Casa del Migrante las personas sólo tienen tres días para hospedarse, sin embargo, es una regla que no se cumple porque se han dado casos de mujeres y hombres que han durado hasta un mes refugiados en ese lugar porque no tienen a dónde ir.
Gallardo López señala que grupos de mexicanos repatriados han logrado conseguir empleo, rentar una casa y construir su vida en una frontera que poco les ofrece como algunos programas que fácilmente son rebasados por la demanda.
“Las personas rebasan los programas, tendríamos que estar mucho más articulados entre la sociedad civil, iglesia y gobierno, para que pudiéramos dar una mejor asistencia”, dice.
Hace algunos 6 años, los referidos grupos hacían reuniones para abordar temas migratorios y buscar soluciones, pero la iniciativa fue abandonada y nadie la ha retomado.
El presbítero expone que si las redadas se agudizan en la región texana y la cantidad de deportados se incrementa, será necesario trabajar en conjunto para atender a los que arriben de manera obligatoria por el Puente Internacional Puerta México, de lo contrario podría emerger una crisis humanitaria.
“Se podría dar una situación de alarma con las deportaciones masivas, sería bueno que se convoque para unir fuerzas y darle una solución a los problemas”, argumenta.
Exigen intervención
Según datos de la Pastoral de Movilidad Humana, enero es el mes en el que arriba una mayor cantidad de connacionales deportados, pues 2013 se recibieron 2 mi personas, en el 2014, 1 mil 600, y en el 2015, 1 mil personas.
El ITM informó que en el 2015 se acogieron en la localidad 9 mil 200 repatriados y que en comparación con el 2014, en donde se registraron más de 16 mil expulsados, hubo un decremento del casi un 50 por ciento.
Dichas cifras han despertado la alarma entre los comerciantes quienes han pedido a las autoridades intervengan en el fenómeno migratorio y le den una salida.
El presidente de la Camara Nacional de Comercio (Canaco) en Matamoros, Osvaldo Castillo Hernández, dice que es importante que los tres niveles formulen una propuesta en la que se otorguen las garantías que la comunidad no será afectada, ya que en su opinión, esto es un ‘severo problema social de salud y de seguridad’, que afecta al comercio local.
Expone que en los últimos días se ha visto una considerable cantidad de deportados deambulando por las zonas comerciales del puente internacional donde son entregados, lo cual genera desconfianza entre la población porque una parte de ellos optan por delinquir para obtener dinero.
Aumenta el flujo
En menos de una semana han sido repatriados por el Puente Internacional Puerta México 250 connacionales, casi la misma cantidad de los que fueron expulsado en todo el mes de diciembre del año anterior.
El miércoles arribaron a las 20:00 horas aproximadamente un grupo de 48 personas, mientras este jueves 90 mexicanos fueron retornados a territorio nacional por el referido cruce internacional aproximadamente a las 14:30 horas.
En tanto, a lo largo del viernes y del sábado, llegó la cantidad restante a territorio nacional, producto de las repatriaciones masivas que se efectúan por la ciudad.
El representante del módulo de atención a Migrantes ubicado en la Central de Autobuses Lucio Blanco, Juan Antonio Sierra, expone que una parte ya emprendió el viaje a sus lugares de origen, mientras otros continuan hospedados en la Casa del Migrante.
El entrevistado comenta que aunque no existe un calendario para las deportaciones, es probable que este primer mes del año se efectúen en grandes cantidades en los días jueves y viernes, como sucedió el año pasado.
Agrega que uno de los temores que tienen es que las repatriaciones se efectúen por la noche, lo cual se hizo de esta manera en el mes de noviembre y complicó la asistencia a los migrantes.
Testimonio “Apenas alcancé a despedirme…”
Las redadas contra migrantes se han agudizado en Estados Unidos, ya que algunos de los deportados que llegaron este jueves a Matamoros testificaron sobre la detención abrupta que sufrieron en la vía pública y la repatriación ‘exprés’ a la que fueron sometidos por las autoridades extranjeras.
Un condicional deportado que arribó a la ciudad, quien pidió anonimato, narró a Expreso que en la recta final del año los operativos en las localidades de ese país se intensificaron.
Enunció que durante fue aprehendido el 25 de diciembre en la ciudad de Macclenny, Florida, donde desarrollaba trabajos de agricultura y radicaba con su familia, de la que apenas alcanzó a despedirse.
Expuso que estaba sentado afuera de una tienda esperando a unos parientes cuando oficiales de esa localidad lo arrestaron y los trasladaron a un centro de reclusión.
Ni diez días transcurrieron y el mexicano, originario de Querétaro, ya estaba de retorno a México junto con otras personas que también fueron víctimas de las redadas desplegadas por las autoridades estadounidenses.
Informó que a diferencia de otros casos, con los que son arrestados mediante este programa, no se les investiga y los jueces de migración aceleran la expulsión de los migrantes.
El entrevistado comentó que este viernes abordará un autobús con destino a la entidad de Querétaro, antes aseguró que no intentaría regresar a Estados Unidos ya que las acciones se han endurecido contra los extranjeros que carecen de documentación legal para residir en esa nación.




