El gobernador Javier Duarte, podría ser el artífice de que la joya del poder electoral priísta en el país, sea gobernada por primera vez por un panista.
La contumaz represión contra la sociedad civil y la permanente violación de las garantías individuales y de los derechos humanos, constituyen actualmente uno de los retos más terribles para el PRI de Manlio Fabio Beltrones.
En reciente columna titulada, “El Nueve-Tres de Manlio”, Joaquín López Dóriga revela comentarios que le habría hecho el actual Presidente del CEN del PRI, en el sentido de que las dos entidades con mayores riesgos de perder, son Tlaxcala y Veracruz. Respecto a dicha noticia, nuestro particular análisis es el siguiente:
Tlaxcala representa una pieza menor en el tema electoral, no así el estado de la capital jarocha, donde el PRI ha tenido siempre a uno de sus más poderosos graneros electorales.
Afortunadamente Tamaulipas está en la lista de los triunfadores. Una razón importante reside en que el candidato Baltazar Hinojosa tiene gran aceptación entre la ciudadanía y el mazo de cartas priístas para las alcaldías es de buena manufactura. Mientras tanto, en la esquina opuesta, un Francisco García Cabeza de Vaca es hora que no logra convencer al electorado de que él sea el portador del cambio. La gente sabe de sus malos antecedentes, y lo ve con mucho recelo. Lo delicado es que a partir del 2016, Tamaulipas podría tener en los pies y en la cabeza a dos estados opositores.
LASTIMADOS POR LA FALTA DE JUSTICIA
La sociedad tamaulipeca está dolida, está lastimada, se encuentra agraviada y en estado de humillación, por la ausencia de justicia. Las instituciones encargadas de impartirla se han alejado total y absolutamente de su responsabilidad pública, empinando vergonzosamente la balanza sostenida por divinidad romana de la Justicia.
En la herencia de los pueblos clásicos, la cultura de lo justo era reverenciada como uno de los ejes de la coexistencia social. Hasta nuestros días podemos ver en agencias y juzgados expresiones de ese arte que hablaba sobre el derecho y las buenas costumbres, matizando la imparcialidad. Hoy todo ese arsenal iconográfico de los sistemas judiciales y de la administración de justicia ha sido pisoteado.
La sociedad tamaulipeca ha sido ultrajada por el robo y los delitos de la más diversa índole, sin que haya una respuesta pronta y expedita. Ni lo primero ni lo segundo porque existen demandas guardadas y archivadas, y porque los obstáculos y los inconvenientes se han incrementado notablemente, lo cual borra de un plumazo la agilidad que constituye lo ideal en su aplicación.
Una sociedad sin justicia, como la nuestra, es una sociedad debilitada en sus cimientos más íntimos, despojada de su fuerza, y sometida al desprecio y a la degradación. Duele mucho constatar que nuestro país ocupe un nada honroso segundo lugar en el mundo, en el tema de la impunidad. Este último es un concepto que se traduce en dejar sin castigo los delitos que se cometen. Lo anterior se encuentra íntimamente ligado a la descomposición y al deterioro de las instituciones encargadas de atender estos asuntos, en su mayoría del orden común.
De acuerdo a una nota reciente, publicada en Milenio, Tamaulipas, ocupa el quinto lugar en materia de impunidad, entre las 32 entidades federativas del país.
El contenido del estudio elaborado por la Universidad de las Américas, indica que nuestro estado es dueño de uno de los índices más elevados de exención en la aplicación de la ley. El mencionado reporte señala que nuestro estado muestra serias carencias en materia de seguridad y de procuración de justicia.
El índice global de Impunidad México, le otorga a Tamaulipas el quinto lugar, en el tema de la impunidad. La calificación para la entidad es de 73.38, solo por debajo de Quintana Roo, del Estado de México, de Baja California y de Durango, lo cual, no es ningún consuelo.
Esperamos que los candidatos a cargos de elección popular, que se preparan para iniciar campañas, tomen nota de este grave problema, que constituye una de las más lastimosas enfermedades sociales, del Tamaulipas actual.
POSDATA: A los ricachones del país, los que jamás han pagado impuestos y mantienen a México, en sus más profundos niveles de pobreza, les incomodó la visita del Papa Francisco y su discurso directo y sin rodeos. El Papa provocó escozor también entre los políticos que hasta ahora han servido al modelo del mercado y del gran capital, olvidándose de las mayorías ciudadanas. Pisó grandes callos el argentino.
Sigo sosteniendo que la visita papal fortaleció a Andrés Manuel López Obrador. Los astros del Vaticano se alinearon a favor del tabasqueño. Upss.