En las profundidades del mar, de las lagunas y los ríos que contienen granjas de peces, se gesta un conflicto, hay producción pesquera, mas no existen manos que la trabajen.
La repercusión se palpa en el medio urbano donde las pescaderías cierran sus puertas por los costos elevados que genera el traslado del producto.
«Cerramos «El Borrado» hace unos meses, nosotros comercializábamos pescado de la presa y «La Pesca», pero ya no era negocio», dice una mujer desde el porche de su casa cerca de la Avenida La Paz en Victoria.
No se compromete a dar su nombre, porque asegura, que ese tiempo para ella es pasado.
Jesús Vargas, con doce años de experiencia en el ramo, dice que desde hace dos años, se ha notado un incremento en el consumo del producto.
» Nosotros solo manejamos producto de la región, es de la mejor calidad y el pescado de Viejo Padilla, lo buscan de muchas partes. Nosotros comercializamos tilapia, bagre, catán y en ocasiones langostinos».
En este año está despuntando la comercialización de productos de «La Carbonera», en San Fernando, Tamaulipas.
«La venta subió hace dos años, pero también en el transcurso de ese tiempo, bajó el número de proveedores en la presa Vicente Guerrero. Mercancía sí hay, lo que no hay es pescadores y lo que existe a la venta ya no es suficiente para los negocios», dice Jesús.
Muchos de los pescadores abandonaron el oficio, por los costos de inversión en un sólo día de pesca.
«El pescador máximo llega a sacar 10 kilogramos de pescado y le invierte 40 litros de gasolina», imagine el precio para que exista recuperación. Por eso muchos prefirieron trabajar en las maquiladoras o irse al corte de naranja, no les favorecía y eso ocasiona que no existan proveedores de pescado».
En Victoria, al menos tres pescaderías han cerrado en el último año, desapareció «El Borrado», «Juan Panes», y ora más en la carretera interejidal.
Prevalecen dos sucursales de la pescadería «Güémez», que ahora también oferta su producto en la página de Facebook «Pescadería Güémez», el resto de los negocios trabajan productos del mar, de importación y comerciantes libres que están ofertando su producto en tianguis de «La Moderna» y «La Paz».
«Ya ni por internet encuentro proveedores de pescado fresco y eso que San Google te dice todo», cometa Jesús Vargas.
PESCADO DE IMPORTACIÓN
Las marcas que ofertan pescado de importación en tiendas de autoservicio o pequeños comerciantes, no representan para las pescaderías locales competencia, pues aseguran que la calidad del producto es distinta.
«La mayor parte de ese producto viene de Taiwan, a nosotros cuando nos ofrecieron comercializar ese producto nos dijeron que teníamos que ir por él a Monterrey, entonces eso requiere mucha conservación del producto. Usted puede ir a comprar ese pescado pero al momento de descongelarlo, ya no se puede volver a congelar, en cambio, el producto local, es fresco, llega a Victoria sin congelación y el cliente puede conservarlo en el congelador hasta dos meses. El pescado de importanción ni lo recomiendo ni lo consumo». dice otro comerciante.
«Mi padre era pescador hace quince años y la presa Vicente Guerrero no tenía en ese tiempo ni la mitad de agua de lo que tiene ahora y sacaban buena cantidad de pescado.
Yo imagino que la presa está desaprovechada ahora, les hace falta apoyo a los pescados de las cooperativas con sus lanchas y el combustible para trabajar, desde que la gasolina subió, la situación para ellos también ha cambiado».
«Del pescado de importación un taiwanés nos dijo en una ocasión que era pescado de engorda de allá en oriente. Es pescado que a ellos ya no les funciona, nos comentaron».