El equipo compacto de Baltazar Hinojosa Ochoa, candidato del PRI (pre para efectos legales) debe estar preocupado y ocupado tras la designación de candidatos a las alcaldías en juego el mismo 5 de junio cuando él intente ganar la elección para suceder a Egidio Torre Cantú, porque aunque nadie lo reconoce públicamente, las heridas que dejó el proceso son hartas, profusas y lo pueden arrastrar al fracaso.
Así es mis queridos boes, en este espacio y en muchos espacios editoriales desde hace meses se manejó que quien fuera el candidato priista a la gubernatura requeriría de aspirantes a las alcaldías muy fuertes, ganadores, que no se colgaran de la campaña estatal, sino que le aportarán votos ante lo cerrado que se espera para el PRI la contienda con el PAN.
Los propios priistas decían que por lo anterior, no era tiempo de los amigos, de los candidatos impuestos bajo ninguna circunstancia que no garantizarán el triunfo, que la unidad era indispensable si se quiere retener la gubernatura y advertían que un mal candidato a alcalde en un municipio de los grandes podría afectar hasta la derrota a la campaña a gobernador.
Hoy, cuando hay candidatos a alcaldes, existen focos rojos encendidos al interior del PRI que estarían dando al traste con la intención de llegar fuertes a la elección, porque da la impresión que no se cubrieron algunas formas de cortesía, al menos con los no designados y las caras largas, los reclamos de escuchan por todos rumbos.
En Matamoros Erick Silva, ex alcalde, no se anda con rodeos se queja amargamente en su Facebook por el trato que recibió, a pesar de que dice que siempre estuvo arriba en las encuestas y que por eso no asistió al registro de Jesús de la Garza el pasado fin de semana.
Ahí mismo, Mario Tapia maneja un mensaje menos frontal, pero también da a entender que está molesto.
En Reynosa, Rigoberto Garza Faz puede junto con los suyos fingir que no pasa nada, pero la realidad es que la bofetada que les dieron para nombrar a Ernesto Robinson no es menor.
Como la que recibió la propia María Esther Camargo a la que hicieron hacer el oso de pedir licencia para volver luego a San Lázaro con mucha pena y nada de gloria.
Por Tampico, el tema está mucho más complicado aún, porque apenas soltaron que sería la ex alcaldesa Magdalena Peraza y se desataron los demonios.
Empresarios que amagan con jugar las contras, lideresas que se resisten a apoyar, la dirigencia municipal que no se repone del golpe que los noqueó y burócratas que no saben si van con ella o se van a quedar mirando.
En las mesas de café el tema es el mismo, que Fernando Azcárraga, Álvaro Garza, Gabriel Legorreta y demás empresarios están encanijados y lo que le sigue. Qué no ven cómo Sergio Villarreal presidente del PRI municipal vaya a trabajar por Magda cuando hace unas semanas ni el saludo se daban.
Por Altamira hubo escurrimientos hacia el PAN y en Madero ex dirigentes petroleros quieren ir también en la boleta lo que sin dudas le pegaría al abanderado del PRI.
En Nuevo Laredo, los simpatizantes de Yahleel Abdalá siguen sin entender qué pasó una noche antes de que la ungieran públicamente.
Por Jaumave, los de Antorcha Campesina no son los únicos encanijados, en Güémez los ánimos amenazan con desbordarse y en una docena más de municipios pequeños el tema es el mismo.
Y me regreso al principio, el equipo de candidato y el candidato a la gubernatura mismo tendrían que estar haciendo cuentas, porque de poquitos votos que se pierdan en Tampico por los enojados, más los de Altamira y Madero.
Si le suman los muchos o pocos de Matamoros, el montón de los de Reynosa, los pocos o muchos de Nuevo Laredo y los del chiquitiaje, tal vez estemos hablando de un ‘titipuchal’ y entonces la cosa se pondría difícil.
Por eso creo, que cuando en el PRI el discurso oficial evade la operación cicatriz, evade la atención a los enojados, demerita los movimientos de organizaciones en las zonas rurales, podría estar dejando que las heridas se infecten, se conviertan en incurables y hasta se gangrenen.
En el tricolor alguien de mucho peso, con mucho colmillo, pero también con harta mano izquierda tendría ya que andar apagando los fuegos que dejó la designación de candidatos, porque si se tardan más, de nada servirá remover escombros.
Estoy seguro que el equipo de Baltazar Hinojosa le entiende al tema y tiene una radiografía fiel del estado de ‘salud’ de su partido tras las designaciones, supongo entonces que van a tener que aplicarse a resolver las broncas que están por muchos rincones de la entidad entre los priistas.
El IETAM ataca de nuevo…
Sin hacer un juicio, solo comento, que otra vez el Instituto Electoral de Tamaulipas volvió a suspender la precampaña del PAN; de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, pues bajo el mismo argumento que el Trife ya les bateó antes.
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