Ante las reacciones de rechazo de algunos segmentos del PRI y de las críticas del PAN, la profesora Magdalena Peraza Guerra ha encontrado cobijo en las filas del Partido Nueva Alianza, refugio del magisterio, y el Verde Ecologista, agrupaciones con las que la candidata aliancista ha sostenido varios encuentros.
Quizá esa es una de las razones por la que la ex alcaldesa de Tampico da como un hecho que, como no regresaría al Revolucionario Institucional, mucho menos a Acción Nacional, no le queda de otra que erigirse en abanderada de la sociedad civil, el sector en el que cuenta con mayor número de partidarios y simpatizantes.
Tenemos entendido, a propósito, que en días pasados la Maestra se reunió con el poder tras el trono del Partido del Tucán en Tamaulipas y el delegado de la Semarnat en la entidad, Jesús González Macías, para definir los compromisos que habrá de contraer con la agrupación política, a cambio de que los militantes la favorezcan con el sufragio el día de las votaciones. Como están de complicadas las cosas, sin embargo, la precandidata de la coalición tendrá que ofrecerle a su aliado posiciones atractivas, ya que para que este acepte y apoye como candidata a una persona que no sólo no es militante sino que no tiene ninguna relación ni vínculo con el organismo político, seguramente espera recibir muestras generosas de convencimiento. De lo contrario, la respuesta a la hora de los comicios, podría ser precaria y poco entusiasta.
La primera batalla que librará o que ha empezado a librar la aspirante aliancista, por otra parte, es la de la conformación de la planilla de síndicos y regidores del futuro ayuntamiento, entre otras razones porque los jerarcas de los partidos integrantes de la coalición electoral, PRI, VERDE y PANAL, además de la propia candidata, tratarán de acaparar las primeras posiciones y tener la mayoría del gobierno de la ciudad.
El problema de Magda es que, si no logra meter al cuerpo edilicio a suficientes elementos de confianza, podría convertirse en un rehén político a la hora de ejercer el cargo, si, por supuesto, gana la elección del 5 de junio, que no será una tarea sencilla, menos un día de campo, como algunos piensan y andan pregonando.
Mientras tanto, la ex titular del ayuntamiento realiza, acompañada de los candidatos a diputado Francisco Bolado y Mónica Villarreal y el dirigente Sergio Villarreal, un intenso trabajo de territorio, como lo hizo ayer en las colonias Morelos, Guerrero y del Pueblo, en los que recibió una afectuosa acogida.
Al igual que en el puerto jaibo, los representantes del PVEM de los municipios de Madero y Altamira tampoco tienen mucho que festejar pues la alianza con el ex invencible y el Panal, como ha ocurrido en otras elecciones, no ha sido fructífera. En el caso de Tampico, por ejemplo, los candidatos
a alcalde y diputados no son verdes sino priístas disfrazados.
Hablando de candidatos a diputado, la candidatura suplente de la priista que disputará el distrito electoral 20, Honoria Mar Vargas, será la ex encargada del Servicio Estatal del Empleo en el municipio, Pilar Garza, protegida política de la ahora candidata a diputada de Matamoros, Mónica González García, y de la diputada tampiqueña Olga Sosa Ruiz.
Por lo que se refiere al distrito 19 con cabecera en el municipio que gobierna Armando López Flores, que el PRI asignó al regidor priísta Esteban De la Portilla Flores, anda el run run de que la suplencia podría otorgarse al regidor del ayuntamiento petrolero, Azael Portillo Alejo, pero no es posible debido a que en ese distrito el Verde no va en alianza con el ex partido oficial.
Azael podría ser el candidato idóneo del Verde en Madero, porque es el mejor posicionado, lamentablemente para los verdes es poco probable su designación ya que las indicaciones del alto mando estatal del PRI es que tienen que designar a un elemento de muy bajo perfil para que no vaya a quitarle votos a Oliva y a Honoria.
No obstante, el principal problema que tendrán que resolver o por lo menos atenuar los jerarcas del partido que gobierna Tamaulipas es el de las fuertes discrepancias que protagonizan en aquella población el gremio de Pemex y el grupo del ex alcalde Guadalupe González Galván, viejas diferencias que parecen irreconciliables, pues estas podrían verse reflejadas en las urnas.