CIUDAD DEL VATICANO.- En una alocución de palabras muy duras, el Papa Francisco fustigó ayer la corrupción en la política.
El Pontífice afirmó que la existencia de dirigentes que quieren más y más es hoy un hecho cotidiano y clamó contra el poder que, cuando pierde la noción de servicio para el público, se transforma en opresor.
Hablando del relato bíblico de Nabot, víctima de la ambición de poder del Rey Ajab, Francisco explicó que éste no es una historia de otros tiempos, sino una actual.
“También hoy los poderosos, para tener más dinero, explotan a las personas. Es la historia de la trata, del trabajo esclavo, de la pobre gente que trabaja en negro con el (salario) mínimo para enriquecer a los poderosos”, afirmó el Papa.
“En esta catequesis presentamos la historia de Nabot, la cual nos muestra al poder y la autoridad que pierden su dimensión de servicio y de misericordia.
El Rey Ajab quiere comprar la viña de Nabot”, relató.
Explicó que entonces él se niega, porque para Israel la tierra es de Dios y se debe custodiar.
“Ajab se enfurece por no haber satisfecho su deseo. La Reina Jezabel usará su poder para matar a Nabot y así quedarse con la viña”, narró el Pontífice.
El llamamiento de Francisco coincide con la publicación de un libro suyo en el que responde a preguntas que le mandaron niños de varias naciones.
La obra, que saldrá a la venta hoy en Italia y el 1 de marzo en diversos países de habla hispana, entre ellos México, cuenta de las perplejidades de los menores en torno a la vida familiar, la relación con los sacerdotes, y los textos bíblicos.
“El fútbol es un juego de equipo, que se juega juntos, sin individualismos, también en la Iglesia debería ser así”, le responde el Papa a Wing, un niño chino.
“Tu madre está en el cielo y es feliz cuando te portas bien. Si no te portas bien, ella te quiere igual y le pide a Jesús que te haga más bueno”, contesta a Luca, australiano y huérfano.