“Yo se lo debo todo al pueblo… (¡Pues devuélveselo!)” Eran las voces del presidente Maduro y de un contestatario de la muchedumbre, en discurso público, en Venezuela.
LO CLARO. Fantásticas oportunidades de orientación vocacional tienen hoy los jóvenes que buscarán acceder a la principal herramienta para su futuro de vida.
En comparación con generaciones anteriores –como la de quien escribe- la responsabilidad de escoger el perfil más adecuado a desarrollar, se dejaba más a ‘la intuición’.
Por eso es satisfactorio ser testigos de enmiendas que realizan las escuelas en vistas de exponer los pros y contras de las múltiples opciones que hoy tienen para ser formados profesionalmente los jóvenes.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas lleva a cabo una ‘expo-orienta 2016’, con la finalidad de que los alumnos próximos a egresar del bachillerato, puedan conocer las ochenta oportunidades distintas (entre licenciaturas, ingenierías y técnico superior universitario) de modo que concreten la opción más asequible y redituable.
En nuestros tiempos, nunca hubo tantas opciones…
LO CLAROSCURO. El populismo, es una manera ‘demagógica’ de conectar el discurso del político (redundante) populista, con la población objetivo.
Las cosas que desea la gran masa escuchar (como meter a la cárcel a los corruptos, bajar inflación, que los alimentos sea gratuitos) y que enalteciendo el refrán popular “prometer no empobrece; el dar es lo que aniquila” sustentan figuras muy conocidas en el ámbito electoral.
La genialidad demagógica de quienes gustan del micrófono y los reflectores, se ven reflejadas en personajes como Andrés Manuel López (dinero a todos los viejitos); Jaime Rodríguez ‘Bronco’ (transporte gratuito a jóvenes y adultos, sumado a cárcel a corruptos); Hugo Chávez de Venezuela (triple aguinaldo a todos los empleados públicos).
Son algunos de los miles de ejemplos de personajes que hacen del encanto popular, un gran negocio. Y como reza la parte final del refrán enunciado arriba, el problema es la hora de pagar.
Y es entonces que desinfla el querer.
Porque la consecuente quiebra de las economías por tributarse un aguinaldo tres veces de un ‘jalón’, en el mediano plazo lleva repercusiones. Hoy, Venezuela es uno de los países con mayor deuda pública y con un empobrecimiento de alarmantes dimensiones.
Más del 72% de la población venezolana reprueba el mandato del heredero de Chávez. “Percibimos que la salida de Nicolás Maduro de la Presidencia de Venezuela, es un clamor nacional” afirma Jesús Seguías, presidente de DatinCorp.
Felipe Calderón, durante su mandato hizo algunos serios análisis de cómo vislumbraba el futuro del país, a veinte años de iniciado su sexenio. Seguro con la mira puesta en la continuidad de las siglas de su partido o como prospecto de las economías que él suponía imperarían pasadas dos décadas.
Evo Morales, presidente de Bolivia hizo más o menos lo mismo. Casi…
Establece la Constitución de aquél país, un periodo de mandato de 5 años.
Evo llegaría a las riendas en el 2005. Lleva en el control tres ejercicios y decidió ‘probar músculo’ al hacer un llamado a la población a participar en el referéndum que le colocase de nuevo en la contienda para obtener un cuarto periodo que le completara los 20 años que anhelaba Calderón.
Pero… el referéndum le puso en un escenario que le obligará a no participar en las siguientes elecciones, perdiendo por casi tres puntos porcentuales.
“No abandonen al presidente. Si tiene apoyo, construirá colegios; si no, regresarán los asesinos. Habrá llanto y el sol se va a esconder; la luna se va a escapar y todo va a ser tristeza para nosotros” enunciaba emotivo, el vicepresidente Álvaro García Linera.
Y el propio Evo, enfatizaba “el oficialismo ha perdido una batalla… no la guerra”.
El 22 de enero de 2020, deberá entregar la banda presidencial, cuando pretendió demostrar que el populismo es la mejor manera de gobernar.
La población recapacitó que el sistema demagógico, es un producto milagro (como ciertos medicamentos) que no cura absolutamente nada.
COLOFÓN. Y llevaba mucha razón el vicepresidente de Bolivia al afirmar que “…todo va a ser tristeza para nosotros”. Se acaba la tibieza y comodidad del presupuesto. ¿Verdad Peje?
alejandrodeanda@hotmail.com
@deandaalejandro




