Desde hoy, la historia del futuro electoral de Tamaulipas está escrito. Será una guerra sin dar ni pedir cuartel.
Por lo menos, así queda claro en lo que se refiere a la línea que seguirá el Partido Acción Nacional en la búsqueda de la gubernatura, de los ayuntamientos y de las diputaciones locales.
Desde hace algunos días, el mensaje nacional de su dirigente en el país, Ricardo Anaya, se ha focalizado en nuestro Estado. Lo ha hecho de manera virulenta, con ataques a la yugular, a todas luces en un intento de dibujar un escenario casi apocalíptico, que mine la confianza de los votantes potenciales en el Partido Revolucionario Institucional.
No hay nada ilegítimo en eso. Es, podría decirse, hasta normal cuando de tratar de conquistar el poder se trata.
Pero en este marco, dos aspectos me llaman la atención. Uno que sólo sirve para nutrir al anecdotario y el otro, más inquietante, para tratar de encontrar una explicación a lo que sucede dentro del PRI.
El primero es la escenografía del “spot” televisivo mencionado. En su inicio, cuando Anaya habla de vicios y lastres que atribuye al tricolor, aparecen imágenes que sólo se advierten como destellos, pero al terminar el guión utiliza como fondo obras monumentales como el puente Tampico y lo que parecen terminales marítimas, logros obtenidos precisamente por quienes critica: por gobiernos emanados del PRI.
Lo anterior es más para el cotilleo que para el análisis, pero lo que sí requiere de más atención es el segundo factor citado. La postura del PRI nacional frente a las embestidas de su acérrimo rival, Acción Nacional.
¿Por qué no se advierte en ese instituto político alguna reacción a un ataque sistemático que lo trae de esquina a esquina del cuadrilátero político?
Me atrevo a imaginar que la pasividad tricolor se desprende del discurso manejado por esa casa política, tanto en el plano nacional como en el estatal, en el sentido de que no responderán a insultos y acusaciones que hagan de la experiencia electoral de este año un lodazal. Ha sido y es ese perfil un común denominador en los meses cercanos.
El tratar de impedir que este proceso sea un intercambio de basura me parece una decisión plausible, que muestra un gran respeto del Revolucionario Institucional para el electorado y en general para la sociedad. No hay duda de eso.
Pero, cuidado PRI. La prudencia siempre es y será una cualidad, mientras no se le confunda con el pasmo o peor aún, mientras no sea utilizada como justificación para maquilar la falta de imaginación para ofrecer respuestas que por lo menos reduzcan el efecto negativo de semejantes ataques.
Debe existir una estrategia tricolor. Manlio Fabio Beltrones es un lobo de mar curtido en mil batallas electorales y es absurdo pensar que no siga un plan ya establecido.
Sin embargo, mientras el PRI se toma su tiempo, el PAN aplica una vieja frase favorita de Joseph Goebbels: Una mentira repetida mil veces, termina por convertirse en verdad…
A PASO ACELERADO
En los meses finales de la actual gestión municipal en Altamira, los responsables de ésta no han aflojado el paso.
Ahora, el cabildo que encabeza Armando López Flores, busca atraer una inversión superior a los 300 millones de pesos para iniciar una de las obras que más beneficios podrían acarrear a ese municipio: Una nueva planta tratadora de aguas residuales, que permitiría procesar el 60 por ciento de los desechos líquidos en esa comunidad sureña.
A tambor batiente empezó esta administración. Y a tambor batiente se prepara para terminar…
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