CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Dos empleados de empresa distribuidora de víveres prácticamente volvieron a nacer cuando al ir a bordo de un camión de caja cerrada, este se estrelló y rompió un poste que soportaba cables de 64 mil voltios.
“Si los cables hubieran llegado a tocar el camión, estos chavos no la hubieran contado, de inmediato fuera su muerte” dijo uno de los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, que posterior a los hechos acudieron a reparar el daño.
El aparatoso percance se registró ayer en la tarde en el kilometro 24 de la carretera a Soto la Marina adelante del aeropuerto internacional “Pedro J.Mendez”.
Sobre la identidad del chofer se desconoce ya que este no quiso proporcionarlo.
Trascendió que el par de accidentados fueron auxiliados por compañeros de trabajo que iban atrás de ellos, pues viajaban en caravana.
Sin embargo, si revelaron que la causa del percance fueron las malas condiciones en que se hallaba el camión.
Los empleados viajaban en un Isuzu de modelo reciente propiedad de una distribuidora de víveres.
Su destino era la capital pues regresaban del municipio de Abasolo donde anduvieron entregando diversa mercancía a tiendas de abarrotes.
Antes de llegar al kilometro 24 la llanta derecha de camión se desgajó, lo que provocó que el chofer perdiera el control y se saliera de la carretera a su derecha.
Sin control se fue contra el poste que sostenía cables de 64 mil voltios de energía.
Dramáticamente el poste se quebró quedando recostado en éste el camión.
Los daños materiales fueron en por lo menos 200 mil pesos.
Obligados y entre carencias
La caravana que seguía a los empleados accidentados, se llenaron de pavor al ver como había quedado el camión.
Denunciaron a sus superiores y aseguraron que estos los obligan a salir a diversos municipios que hay cerca de a capital en estado de carencias, por como se encuentran los vehículos repartidores.
A simple vista se pudo apreciar que varios de los vehículos traían las llantas lisas y podían verse las cuerdas de acero de los neumáticos.
También carecían de luces así como de retrovisores, algunos estaban quebrados y otros simplemente no tenían.
Denunciaron que es un diario vivir, arriesgando su integridad pues a pesar de que han solicitado a sus jefes se atienda al vehículo que traen, éstos hacen oídos sordos y los responsabilizaron si algo malo les sucede.
