En la elección por la presidencia municipal de Madero en 2007, el candidato del PRI, el petrolero Sergio Posadas Lara, libró una batalla no sólo contra el empresario Jaime Turrubiates Solís, entonces aspirante del PAN, sino en contra del Aparato Estatal… ¡¡¡priista!!!
Esta es la historia de la política real, la que muestra sus verdaderos intereses, la que está ajena a las banderas de los partidos políticos, la que se encuentra determinada por los intereses económicos de los grupos de poder.
En ese año, 2007, se realizaron las elecciones intermedias del sexenio de Tamaulipas que gobernó Eugenio Hernández Flores, quien, ahora sí, quería registrar a sus candidatos a las alcaldías en todo el estado y, en particular, en ‘el sólido sur’.
De esa forma, aunque había perdido la diputación federal en 2006 del Séptimo Distrito, el entonces mandatario estatal colocó como candidato a la presidencia municipal de Altamira a Javier Gil Ortiz, exitoso empresario constructor, amigo de la influyente familia ‘Fleishman’, propietaria del Grupo Tampico.
En tierras jaibas, un ex simpatizante del panismo en los tiempos de Diego Hinojosa Aguerrevere y Arturo Elizondo Naranjo, pero sobre todo compadre de Javier Gil Ortiz, fue designado candidato a la alcaldía: Oscar Pérez Inguanzo. Su falta de experiencia en el servicio público definiría su futuro político.
Y en Ciudad Madero… el entonces gobernador del estado se enfrentó a la realidad política de ese municipio: el poderoso Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) ganó la partida al interior del PRI y designó candidato a la presidencia municipal: Sergio Posadas Lara.
De esa forma, con la ayuda del aparato estatal tricolor, Acción Nacional ‘cocinó’ la candidatura del reconocido y exitoso empresario Jaime Turrubiates Solís, propietario de restaurantes, lavaderos de autos y plazas comerciales.
Así es: la mano detrás de la nominación de Jaime Turrubiates Solís a través del PAN no fue el reducido grupo de azules maderenses (quienes, en su mayoría, no simpatizaban con ese proyecto, salvo ‘el revoltoso’ Ricardo Villarreal), sino el Aparato Estatal priista… es decir, la mano de quien entonces tomaba las decisiones políticas en el estado.
Por tanto, la histórica confrontación electoral sostenida en pos de la presidencia municipal fue más allá de las principales dos banderas partidistas, PRI y PAN, sino que se suscitó entre los grupos de poder representados por la Sección Uno del Sindicato Petrolero y el Aparato Estatal Tricolor -utilizando los colores de Acción Nacional- comandados por el más alto mando de Ciudad Victoria.
Fue así que Jaime Turrubiates Solís desplegó una inusitada campaña publicitaria de primer nivel en los medios electrónicos, manejada por expertos en el área de la propaganda política. Eso no era normal para los blanquiazules en esos tiempos.
Mientras, Sergio Posadas Lara, candidato petrolero que portaba la bandera tricolor, era ‘golpeteado’ por su propio compañero de fórmula, el entonces aspirante a diputado local y alcalde con licencia, Guadalupe González Galván, quien dejó una larga serie de obras sin terminar y, para colmo, una deuda que creció -todo indica- con el único propósito de ponerle un ‘ancla’ financiera a ‘Checo’ en caso de ganar… como finalmente sucedió.
La batalla que se libró en las urnas fue histórica: la guerra fue cruenta en términos electorales, calle por calle, cuadra por cuadra, colonia por colonia. Así fue el conteo… sumamente cardiaco. Las volteretas fueron constantes a la hora de contabilizar los sufragios.
Sin embargo, una llamada telefónica desde la Ciudad de México paró en seco el intento de otorgarle el triunfo al candidato del Aparato Estatal, es decir, al ‘panista’ Jaime Turrubiates Solís.
Carlos Romero Deschamps se comunicó con el entonces mandatario estatal y exigió que se respetara el triunfo de su ‘gallo’, Sergio Posadas Lara.
Tras el estira y afloja de los grupos de poder -que no de los partidos políticos-, la autoridad electoral contabilizó 32 mil 816 votos para el candidato del Sindicato Petrolero y 32 mil 659 sufragios para el candidato del Aparato Estatal. Una raquítica diferencia de 157 votos.
No obstante, esa pequeña diferencia fue suficiente para que el petrolero Sergio Posadas Lara se alzara con la victoria y se convirtiera en el presidente municipal de Madero durante el trienio 2008-2010.
A Jaime Turrubiates, por su parte, el entonces jefe del Aparato Estatal, le pidió que firmara una carta que se publicó en los principales periódicos de la localidad y, de esa forma, se comprometió a no impugnar el resultado de la elección… a cambio de aguantar tres años para ser alcalde de Madero… ¡¡¡por el PRI en coalición con el Partido Verde!!!
Esa es la historia real del proceso electoral por la alcaldía maderense en 2007, una batalla en la que se confrontaron el Sindicato Petrolero y el Aparato Estatal, una batalla que fue más allá de lo que representan los partidos políticos y que es un reflejo de eso que se denomina política real. Tal cual.
PANCHO BOLADO, CON ‘LA PILA BIEN PUESTA’
Francisco Bolado Laurents se ve y se siente bien, con la pila puesta para lo que viene: una intensa campaña electoral que lo lleve a ganar la diputación local por el Distrito 21.
Así es: el candidato de la coalición PRI-PVEM-PANAL a diputado local por la zona norte de Tampico se muestra optimista, aunque no confiado; consciente de que la alianza debe pisar el acelerador a fondo a nivel territorial para obtener el triunfo en la elección del domingo 5 de junio, fecha en que se juega el futuro de Tamaulipas y del puerto jaibo.
Por cierto, el ex gerente general de la Comapa Zona Conurbada ha establecido muy buena mancuerna con la profesora Magdalena Peraza Guerra, candidata del PRI-PVEM-PANAL a la alcaldía de Tampico. Ellos son amigos desde hace mucho tiempo y, por tanto, van a jalar juntos en busca de la victoria.
Una noticia más de esa futura actividad proselitista: Alejandro Rubio de la Portilla, suplente de Pancho Bolado en la candidatura, fue designado coordinador general de la campaña a la diputación local. El joven trae ganas de crecer. Veremos si lo logra.




