CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En Tamaulipas, 7 mil 500 personas que viven con insuficiencia renal en fase terminal podrían ser beneficiados, pero se carece de donadores fallecidos.
En vida todos desean hacerlo, sin embargo, tras la muerte de un voluntario, sus familiares se niegan a facilitar los transplantes.
En el estado, sólo dos veces al año se donan los órganos de alguna persona fallecida por un evento súbito.
El talón de aquiles es la falta de conocimiento sobre el tema, a pesar de las eternas campañas para sensibilizar a la población.
«En México hay poca cultura, vamos muy retrasados a comparación de Estados Unidos o España. La gente está muy poco familiarizada con el tema, hay mitos y creencias mal fundamentadas que en lugar de alentar a la gente a tomar una decisión así le meten miedos como indecisión o inseguridad y transparencia del proceso».
Jorge Salinas Graham, especialista en transplantes, asegura que los médicos son los mejores canalizadores de donantes, sin embargo, en muchos hospitales no se detectan ni se notifica.
Sin embargo, la limitante llega hasta los hospitales, pues no todos los hospitales en el país, ni en Tamaulipas tienen la licencia para hacer una donación, pues esta debe estar registrado y contar con los requisitos.
En el estado de Tamaulipas sólo 14 hospitales tienen esta licencia, pero 5 tienen el programa de donación activo.
Para reactivar al resto requieren especialistas, y contar con un protocolo para detectar a los posibles donadores a través de su personal.
Aunque en el estado se han implementado campañas para hacer un registro de donadores, estas bases de datos no otorgan la certeza al final de una vida, pues la última palabra la tendrán los familiares inmediatos y las características del deceso.
«Con una vez que lo platiquemos en familia basta, lo que pasa es que no lo platicamos, no lo decimos, y mucha gente cuando conoce el tema quiere ser donador, pero deja ese deseo guardado, los jóvenes llegan a exteriorizarlo pero los padres les detienen porque hablar de la muerte no es un tema agradable y eso es un tabú, sin embargo, es algo que en algún momento nos ocurrirá a todos y creo que sería mejor hablar que será de nuestros órganos y planificar esa decisión. Si pensamos en heredar los bienes, por qué no pensar en los órganos, yo creo que son más valiosos», explica.
Con frecuencia un donador no llega al hospital para ser donador, sino con traumatismo craneoencefálico y entonces se intentará salvar la vida.
Cuando ocurre una muerte cerebral con frecuencia es hasta el cuarto día, para entonces la familia tiene oportunidad de meditarlo y es que ser donador tiene también su momento especial: morir cuando el corazón aún produzca latidos.
«No todas las personas que fallecen lo hacen por muerte cerebral, en su mayoría es paro cardíaco, por eso son contados los casos de muerte cerebral y sólo ellos pueden donar corazón, hígados, riñones y páncreas. Además, en esos casos especiales se descarta que el paciente no haya tenido cáncer o alguna enfermedad transmisible y que además tenga sus órganos sanos.
Los diabéticos e hipertensos pueden donar siempre que su padecimiento haya estado controlado y que sus órganos estén bien conservados. Las oportunidades son pocas y de ellos aún falta que la familia acepte una donación de órganos».
La necesidad es extrema, tan sólo en 2015 durante todo el año ocurrió una sola donación multiorgánica en todo el estado.
Sólo en Tamaulipas cuatro hospitales realizan transplante de riñón, el órgano más solicitado, cinco hospitales más hacen transplante de córnea y hueso.
«La lista de espera ahora es entre 20 y 30 pacientes en cinco hospitales, de ellos sólo un puñado estará listo para transplante. Los pacientes con un grado cinco de insuficiencia renal que se beneficiarían con un transplante sólo en el estado serían 7 mil 500 enfermos renales en fase terminal, y todos se podrían beneficiar por un transplante».
Y como ejemplo de decisión los padres de Jano, el niño victorense que en el año 2014 falleció por bullying.
«Sus padres, a pesar de todo, decidieron donar los riñones, pero pidieron se respetaran sus corneas y eso lo respetamos los médicos, la donación es un obsequio y sólo se da lo que se quiere dar», concluye el médico Jorge Salinas Graham.