LO CLARO. Las necesidades más apremiantes de cualquier ciudad mexicana y en general, del orbe, no serían primordialmente del sector energético; donde las variadas alternativas dan la múltiple opción de subsanar la demanda que dejase de atender los hidrocarburos, por ejemplo.
La realidad nos indica que es de índole alimentario, el mejor causal a observar. Aparejado a éste, las necesidades prioritarias de salvaguardar la integridad de los ecosistemas, la calidad del aire, la conservación del agua y de la vida en general.
Así lo entienden también las universidades; que con pertinencia ofertan las carreras que brinden las herramientas que la sociedad necesitamos, para atender los sectores básicos a que nos referimos.
En el caso de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, recién anuncia su disponibilidad de atender mediante postgrados en Sistemas Agropecuarios y Medio Ambiente, las alternativas idóneas para ofrecer investigación que permita aportar satisfactores a éstas ramas. Ambas, dentro de los planes y referencias que el CONACYT promueve.
LO CLAROSCURO. Muchos apuntaban a que la ‘nueva era tecnológica’, desvirtuaría el papel primordial de la investigación periodística y de su función dentro del espectro fiscalizador del proceder de quienes nos gobiernan.
Que con la llegada del twitter, del facebook y demás redes; la impresión de periódicos; la televisión y en general el talento de los guerreros de la pluma, pasaría a ocupar un lugar secundario en la información.
El antes bien llamado ‘cuarto poder’, se habría ganado a pulso su espacio de ‘señalador justiciero’ del actuar individual de las figuras públicas.
Pero los regímenes políticos recientes, habrían sabido ‘acallar’ las verdaderas voces que seguían señalando los claroscuros. Bien con premios económicos o acaso con desacreditación; o inclusive con el veto a las inserciones que les acusaban.
El caso es que la credibilidad de los voceros del pueblo, se desdeñaba con el afán de llenar esos espacios con los manejadores cibernéticos oficialistas de la información.
Pero, no hay mal que dure cien años. Las filtraciones y los trabajos de periodismo sustentado, han dado con descubrimientos que bien deberían ser objeto de señalamiento a las autoridades encargadas de la transparencia gubernamental. O no trabajan éstos… o no sirven.
Desde acciones como la Casa Blanca, que con tino escrutador evidenciara Carmen Aristegui, pasando por el absoluto poder del magnate Carlos Slim, que, siendo accionista del New York Times hizo igualmente un trabajo investigador que saca al descubierto una red de corruptelas económicas que ponen en entredicho nuevamente a la transparencia de la función pública y a los encargados de ejercerla. Hoy, salta a la vista otro punto negro que señala el ‘cuarto poder’.
Con la filtración de los Papeles de Panamá, con nombres de 140 prominentes hombres de la vida pública de 50 países, pone entre la espada y la pared a los encargados de procurar la justicia y de fiscalizar los bienes públicos. Del manejo de recursos en paraísos fiscales, que la salida de esos capitales de sus países de origen, provocan agujeros presupuestarios en las endebles economías –como la nuestra-.
Veremos y estaremos atentos, a la reacción de organismos públicos como el SAT, como el instituto de transparencia, la auditoria superior de hacienda, el Congreso…
¿Procederán en consecuencia con quienes especulan con los recursos de la nación?
De mientras, queda la enseñanza. No serán las oficinas de transparencia gubernamental, quienes velen por los intereses del pueblo. Quienes cuiden las manos de los funcionarios ni mucho menos los que señalen los hurtos cometidos.
Seguirá siendo la voz del pueblo quien cumpla eses cometido. Y la encabeza con mucho valor, los guerreros de la información…
En este caso, el periodista Gerard Ryle, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, encabeza el desentramado de la historia que pone al descubierto los nombres del paraíso fiscal llamado Papeles de Panamá.
COLOFON. Dijo una vez Mario Vargas Llosa “No hay mejor manera de medir el grado de libertad de un país, que consultando su prensa” No le entendí…
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