Como es habitual después de cada debate electoral, el celebrado el sábado entre los candidatos a gobernador de Tamaulipas, todos se declararon ganadores.
Sin embargo, desde la óptica ciudadana causó mala impresión que en vez de que los participantes se enfocaran a discutir a fondo cuáles son las propuestas más eficaces para resolver la problemática estatal, los protagonistas del ejercicio político se enfrascaran en un duelo de denostaciones mutuas.
Habría sido mucho más positivo y rentable en términos políticos que los participantes discutieran a fondo cuáles de las fórmulas y medidas que enarbolan y piensan poner en práctica cuando lleguen al cargo son más eficaces y positivas, en lugar de acusarse de ladrones, farsantes, mentirosos, corruptos, perversos y de servidores públicos ineptos.
Lo importante, para los aspirantes al menos, tampoco es quién ganó o quiénes perdieron la confrontación, sino cuántos adeptos lograron los aspirantes a lo largo de la bravata, que seguramente será un número raquítico, entre otras razones, porque la transmisión del evento no se realizó, como en otras ocasiones, a través de la televisión abierta, sino vía internet, medio al que no tienen acceso aún las masas ciudadanas.
¿Cuál fue la causa o las causas por las que los medios de comunicación de mayor video-audiencia no transmitieron el acontecimiento, a pesar del interés y la expectativas que éste había generado entre amplios segmentos de la población? A ciencia cierta no tenemos idea, pero entre éstas una de ellas debe de haber sido un asunto de pesos y centavos.
Los sondeos de opinión auténticos, no los amañados, que seguramente se realizarán entre los ciudadanos para conocer con mayor detalle y precisión al verdadero sentir de la sociedad civil sobre el tema, despejarán las dudas acerca del parecer de la gente en la calle sobre el caso y en qué manera influyó el debate en la intención del voto.
El espacio de libre expresión confirmó, asimismo, que la disputa real del puesto de Egidio Torre Cantú es entre dos, el candidato del PRI, Baltazar Hinojosa Ochoa, y el panista Francisco Javier García Cabeza deVaca.
Los demás, incluyendo al independiente, la novedad de la competencia, son figuras decorativas o parte de la escenografía del proceso electoral.
También confirmó lo que es del dominio público, que los aspirantes del Movimiento Ciudadano, el ex panista Gustavo Cárdenas Gutiérrez, y del PRD, Jorge Valdez Vargas, son aliados subrepticios del Revolucionario Institucional.
No obstante que, para tratar de rescatar la credibilidad que han perdido por ese motivo entre
los electores, le dieron algunos raspones al abanderado del tricolor, a decir
de muchos pareció que tanto el ex alcalde de Victoria como el diputado de Nuevo Laredo salieron con la consigna de echarle montón a Cabeza de Vaca.
Si Valdez Vargas se hubiera limitado a señalar las fallas y puntos flacos de las acciones emprendidas por las autoridades estatales para solucionar los problemas de mayor gravedad que aquejan a la comunidad, en vez de dedicarse a llenar de lodo al aspirante de Acción Nacional, la causa perredista habría recuperado parte de las simpatías que la agrupación política ha perdido por hacerla de
comparsa ante el partido que gobierna a los tamaulipecos.
Habrá que ver si, en respuesta a la reacciones del sentir popular, corrigen esas actitudes durante el segundo debate programado para el día 4 del mes de mayo.
Ya que hablamos del tema, la candidata panista a la presidencia municipal de Reynosa, Maky Ortiz, retó en días pasados a debatir a sus contrincantes, desafortunadamente, la ley electoral no considera obligatorios este tipo de confrontaciones entre los candidatos a alcalde y diputaciones locales, por lo que éste sólo sería posible si los interesados en el caso pidieran al IETAM que lo organizara.
Sería interesante, sin embargo, observar uno entre la Maestra Magdalena Peraza Guerra y el panista Germán Pacheco Díaz o entre el petrolero Humberto Oliva Barreda y el empresario Andrés Zorrilla Moreno.
Ayudaría mucho a definir las preferencias electorales de los ciudadanos apartidistas e indecisos.