Para tratar de opinar sobre quién de los candidatos a gobernador del Estado fue el ganador del debate celebrado la noche del pasado sábado, me parece complicado definir a un triunfador en términos generales.
En mi opinión, habría que analizar la actuación de los participantes, por segmentos. En otras palabras, definir cuál fue el terreno que dominaron.
Bajo esa visión, ésta es en mi percepción la lista de los ganadores:
El más divertido:
Sin duda, Jorge Valdez, del PRD. La virulencia de sus ataques y los juegos sarcásticos de palabras en sus intervenciones, algunas lindantes en la comicidad, lo convirtieron en el aspirante más locuaz, aunque lejos de la credibilidad.
El más sereno:
La sorpresa en ese sentido fue Héctor Garza, de MORENA. Nunca perdió la calma, se arropó siempre en estadísticas para no desbarrar y se mantuvo al margen del intercambio de lodo. Gran ventaja para él, para el petista Arturo Vera y Abdíes Pineda de Encuentro Social, es no haber tenido nada qué perder.
El más decepcionante:
Francisco Chavira demostró que no pertenecer a un partido no dota de aptitudes políticas. Argumentos endebles contra sus adversarios y cero argumentos sobre su capacidad, confirmaron que el primer candidato independiente en Tamaulipas es una estridente, pero inútil comparsa electoral.
El más incongruente:
El panista Francisco García sigue mostrando que sus pasiones son mucho más poderosas que sus razones. Desperdició la oportunidad de mostrarse como un real estadista y abrió su intervención con dentelladas a la yugular de su rival más fuerte, en lugar de exponer lo que muchos esperaban de él: argumentos. Atacó precisamente con la misma arma que lo hace más débil, como son los posibles nexos con la delincuencia.
El más propositivo:
Aunque también cayó en la inercia del señalamiento, Baltazar Hinojosa fue el único que puso sobre la mesa planes específicos de acción para combatir a la inseguridad y resolver atrasos. Para algunos fueron sólo ecos de su campaña, pero ningún otro candidato le puso nombre y apellidos a sus objetivos ya en el poder, lo cual habla de una disciplina real de gobernante y claridad en sus metas y eso, de acuerdo a voceros sociales, genera confianza. Traducido a términos políticos, ese atributo se convierte en un tesoro electoral: Convencimiento.
Usted, ciudadano o ciudadana, es quien juzgará en las urnas cuál de todos esos segmentos, es el que mayor valor posee para esperar un buen gobierno…
UN BARCO DE TODOS
Por cierto, en el equipo cercano del candidato de la coalición PRI, PANAL, PVEM, Baltazar Hinojosa Ochoa, sigue ganando terreno como hábil estratega, David Vallejo Manzur, apenas un mes atrás el Secretario de mayor confianza en el gabinete universitario del rector Enrique Etienne.
Es David un hombre que por sus ideas innovadoras rema contra la corriente, dado que la clase jurásica que prevalece en el PRI estatal aún no acaba de entender cómo se mueven los hilos de la política moderna y se aferran a esquemas anquilosados, que en lugar de ayudar al abanderado tricolor amenazan con estancarlo.
Ojalá dejen trabajar a Vallejo. Hacerlo les conviene, porque todos quienes integran ese equipo navegan en el mismo barco y por lo tanto, correrán la misma suerte…
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