Todas las provincias tienen su plaza, en algunas partes de México le llama Zócalo. Nosotros le llamamos Plaza de Juárez, o Plaza de Armas a la Plaza de Hidalgo. Ambas de características diferentes. La
Plaza de Juárez era una plaza para los eventos cívicos, las fiestas patrias, los mitines, los encuentros amorosos, los juegos de niños y de niñas.
La Plaza de Juárez era nuestro parque de juegos, natural por las noches cuando la luna nos rodeaba de amarillo y nos invadía la noche de estrellas.
Nos reuníamos prácticamente sin cortapisas bajo la vigilancia de nuestros padres. La ronda de juegos terminaba como a las 10:00 de la noche cuando en paz como patitos en fila detrás de nuestros papás. Los amigos de infancia se pierden en la estela del tiempo con brillos y destellos y olvidos.
No se distinguían las clases sociales, el gesto de la amistad era indisoluble. algunos amigos y amigas aún las conservo, incluso juramos como seres primitivos nuestra amistad al cortarnos ligeramente nuestros dedos para sellar nuestra amistad.
Las candilejas, la seguridad, la alegría era notable. La iglesia del Sagrado Corazón, el Cine Obrero, el Palacio de Gobierno, el Casino, los cuatro puntos cardinales de la colonia.
La Plaza de Hidalgo era para los viejitos, para los jubilados profesores, con su kiosco que algún ladronzuelo político se lo robó. El idílico Teatro Juárez, con su gran mural oculto de Xavier Peña. La catedral del Refugio, los hoteles, la panificadora Victoria y más.
Hoy sufre una renovación total. Según me dicen terminan en agosto. La plazoleta más amplia, necesaria para una mayor seguridad para los niños.
Y una mayor capacidad de afluencia. Esperamos que se arbole y que las bancas sean del primer mundo. Y que se retiren el ambulantaje que es una verdadera fiesta de la fealdad, la suciedad de los que impera en el manejo de los carretones. Por falta de responsabilidad de los comerciantes.
Esperamos una gran plaza de Juárez.