TAMPICO, Tamaulipas.- En una gran fiesta se convirtió la visita a la tumba de Doña Jacinta Elizalde Quintero este 10 de Mayo, con la asistencia de todos sus hijos, quienes con música norteña recordaron la alegría con la que pasaba esta fecha cuando aún estaba con vida.
Acompañados de bebida, comida y su música favorita llegaron desde temprano los integrantes de la familia Gutiérrez Elizalde, que desde hace nueve años lamentan la partida de quien llamaron “La Reina de la Casa”.
Sus hijas compartieron con Expreso.press, como fue la vida de esfuerzo y sacrificio al que se enfrentó Doña Jacinta cuando a los 36 años quedó viuda y con la responsabilidad de cuidar y educar a nueve hijos.
“Éramos nueve, desde muy chiquitos nos sacó adelante. Ella quedó viuda cuando la mayor tenía 16 años. Mi mamá fue una mujer muy sufrida, porque quedó viuda sin embargo no se venció y trabajando nos levantó a todos”.
Hoy, pese a la pena que les embarga, afirman que la familia sigue unida tal como ella los dejó y prueba de esto es que todos los años y cada vez que la nostalgia les pega, la visitan en el Panteón Municipal de Tampico.
“Nosotros estamos muy agradecidos con ella por todo lo que hizo por nosotros. Si sufrió, luchó, se cayó y se levantó, peleó hasta con los dientes y nunca se dejó. Pero todo ese esfuerzo tuvo su beneficio, después cuando todos sus hijos crecimos solo estuvo recibiendo. Ella era una reina en la casa”, afirmó otra de sus hijas con los ojos vidriosos a punto de llorar.
Doña Jacinta, vivió hasta los 79 años y luego de una muerte repentina, dejó un legado que hoy hijos, nietos y bisnietos siguen, que es celebrar y siempre sonreír ante la adversidad.
“Trabajó en casas con una comadre que le ayudó mucho, nunca se le vio cansada, ella siempre fue de un carácter bueno, era una mujer muy noble, muy cariñosa, muy feliz, una persona estupenda”.
Entre canciones como “Página en blanco”, “Amor Eterno”, entre otras, celebran a la gran mamá que les tocó y que hoy yace acompañada de su primer nieto, de quien sus hijos afirman, fue su adoración.
“Nosotros venimos seguido, cada que nos entra la nostalgia, el Día de las Madres, cuando fuera su cumpleaños en el mes de septiembre, el Día de los Difuntos, cuando nos entra la nostalgia venimos todos”.
Por la tarde la familia Gutiérrez Elizalde se retiraron a su casa a continuar el festejo y hacer una comida, imaginando que Doña Jacinta los acompañaría a la mesa.
“Mi mamá le dijo a mi hijo que cuando ella falleciera le llevara a un grupo de música norteña a su velorio, se le cumplió, porque en su cumpleaños siempre le llevábamos, era muy contenta. A partir de su muerte todo el tiempo le traemos su música para que desde arriba siga sonriendo”, señaló su hijo con una sonrisa de satisfacción que inundaba su rostro frente a la tumba.