CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Los músicos ya no quieren bailar al son que mejor suene. Se han cansado y este año es el más triste en Victoria para la historia de la música viva.
El 10 de mayo los duetos y tríos norteños apenas tuvieron dos contrataciones para serenata, las calles por la noche lucieron vacías en contraste con las noches de mayo de antaño cuando la adrenalina por tocar les hacía ver la luz del nuevo día felices, igual que las novias, madres y esposas que habían recibido sus canciones.
Juan Zaragoza, secretario general del Sindicato de Músicos en Victoria, asegura que no ser apoyados por las autoridades el oficio de músico podría morir en la región a causa de asfixia que les generan los sonidos, el famoso karaoke y la llegada de grupos musicales que invaden la región.
Y es que aún cuando los aficionados al micrófono disfrutan el escenario familiar, afuera muere un ruiseñor.
«En comparación con otros años esta baja la situación, todo desde que empezó esto de la inseguridad, lo sentimos desde el año 2010 para acá. Estamos batallando los 175 agremiados al sindicato, entre ellos los mariachis, pero en realidad somos más de cuatrocientos, pero muchos se han ido retirando porque no ven apoyo de parte de las autoridades», dice Juan Zaragoza.
Ese apoyo que ellos requieren ya lo han vivido, se los otorgó Arturo Diez Gutiérrez durante su administración municipal y en ese tiempo hasta las cantinas vibraban a ritmo del acordeón.
«El apoyo que se requiere le compete a la presidencia, pedimos que se aplique en Victoria el Decreto 544, lo aprobó el Congreso del Estado, ahí se regulan las cintas, magnavoces y todo lo relacionado. Ahí se establece que sólo hasta las 20:00 horas se puede contratar los sonidos, después de esa hora sólo debe haber música en vivo. El reglamento existe aproximadamente desde el año 1997 y no lo han hecho respetar, eso es lo que pedíamos que se cumpla el decreto y las sanciones que se apliquen benefician al municipio, pero al pedirles el apoyo como que no quieren entrarle».
Aplicar este decreto beneficiaría a los músicos de la calle, para que puedan tocar otra vez en bares, cantinas y centros nocturnos.
«Este año es el peor de la historia para nosotros, antes nos amanecíamos tocando, pero desde hace tres o cuatro años ya no fue así, la gente se queja, pero también sabemos lo que está pasando», dicen con resignación.
Los músicos en todas las entidades tienen un rango de acción, es decir, los músicos de Victoria, sólo están autorizados por la Junta de Conciliación y Arbitraje, para trabajar en diez municipios, entre ellos Mainero, Güemez, Hidalgo, Padilla, Abasolo, Jiménez, San Carlos, Tula, Palmillas, Soto La Marina.
Si llegan grupos foráneos para realizar presentaciones en cualquiera de estos municipios el Sindicato Nacional de Músicos ha establecido el pago de un 6 por ciento sobre el contrato de los músicos foráneos a beneficio del sindicato de la ciudad donde se presentan.
Y además, se debe contratar un grupo local que abra la presentación del grupo visitante.
Esto blinda el trabajo de los músicos locales y ofrece variedad a los asistentes del evento, sin embargo, estas disposiciones no se respetan y el ritmo de vida de los músicos, va a paso lento.
«Ellos lo conocen, el grupo que empiece el evento debe ir contratado debidamente y el grupo visitante debe pagar una cuota de paso al Sindicato, esto beneficia en un 3 por ciento al sindicato nacional y el otro 3 por ciento al sindicato local».
El incumplimiento al decreto 544, obliga a los músicos a perder la inspiración…
«Los músicos locales no tenemos apoyo de la autoridad municipal y entonces los músicos que llegan de otras partes, llegan y hacen lo que quieren, no respetan los acuerdos nacionales. En el mes de febrero estuve en México y esto lo están viviendo también en estados como Coahuila, Guerrero, Oaxaca y otros diez estados.
El sindicato nacional me envió luego de la última reunión con oficios para que al menos los municipios de nuestra región apoyen a los músicos locales y eso sólo lo respetó Jaumave, Padilla y Güemez, sólo aquí en Victoria no nos apoyan y nosotros si apoyamos las campañas con grupos o tambora y clarinete, de aquí para allá hay apoyo, pero de allá para acá se les olvida».
Ahora los músicos se ausentan y cuando se van, el desempleo los lleva de la mano a casa.
La tristeza invade a los músicos, más ahora cuando el huapango norteño comenzaba a sonar y era aceptado por las nuevas generaciones que pedían «El Pavido Navido», el huapango «Tamaulipas» y «Los Coconitos». «Como esta ahora veo la situación complicada, ahora las autoridades no hacen lo que deberían de hacer, no aplican la ley, y así no hay mucho futuro, ni para los músicos ni para nadie».




